domingo, 22 de mayo de 2016

La Gran Guerra. La Primera Guerra Mundial al descubierto - VVAA (Canal Historia)

❤❤❤❤❤

Muy muy recomendable!

Tanto si eres un desconocedor o un experto sobre la Primera Guerra Mundial este libro es un imprescindible. Sus más de 500 páginas no sólo hacen un análisis detallado y exhaustivo sobre el periodo de preguerra, sobre la guerra y sobre lo que vendría después, sino que también detalla temas tan olvidados como el papel de las mujeres durante la contienda, y la situación del día a día de los propios soldados (con referencias a cartas y a diarios de la época). No se olvidan tampoco de España, dedicándole un capítulo muy interesante sobre la difícil neutralidad que tomó nuestro país. O sobre Rusia, y cómo la Primera Guerra Mundial fue una de las causas de la Revolución Rusa de 1917 y la caída del zarismo.

Un hombre de finales del siglo XIX y principios del XX lejos tendría en su imaginación la posibilidad de una guerra, y mucho menos una guerra tan cruenta que, además de matar a millones de personas, cambiaría las fronteras y los mapas. Difícil imaginar la caída de gobiernos, la desaparición de casas reales y la desfragmentación de grandes imperios y países. Un hombre de finales del siglo XIX y principios del XX tenía ante sí una época fructífera y de un desarrollo industrial, científico y social sin precedentes. Ese hombre estaba viviendo la aparición de la electricidad, del teléfono, del cine, de las cámaras fotográficas, de los coches y de los aviones. Veía los avances médicos en cirugía, la aparición de las vacunas y también de nuevas máquinas, como la de los rayos X. Veía cómo se abarataban los bienes debido a la producción en masa, aunque también veía los efectos negativos de los comienzos de la industrialización, como la migración a las ciudades, gente hacinada, obreros explotados en jornadas interminables por un escaso salario y mucha pobreza. Surgen los movimientos obreros, las políticas socialistas y los sindicatos, y también surgen en esa época otros movimientos como el feminista. Esos años fueron productivos, intensos, cualquier cosa imaginada podía ser posible.

"La Gran Guerra" explica con detenimiento la época anterior a la guerra, no sólo refiriéndose a los grandes e importantes avances en todas las áreas (muy resumidos en el párrafo anterior), sino que hace un análisis muy exhaustivo de la situación política previa y de todas las alianzas entre los países europeos. La Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) y el Tratado de Reaseguro (el tratado de neutralidad de Alemania con Rusia) fueron el resultado de las labores diplomáticas de Bismarck para garantizar la paz en Alemania pero, después de la llegada al trono alemán de Guillermo II y la dimisión de Bismarck, la política cambió en Europa. El tratado con Rusia no sería renovado y la Triple Alianza se disolvería en 1912. Francia, viendo en la ruptura de Alemania con Rusia su oportunidad, conseguiría una alianza con la potencia zarista. A cambio de inversión en infraestructuras en Rusia (el transiberiano se construye con dinero francés) Francia consigue un potente aliado.

Parece complicado, y en realidad lo es. La Europa de antes de la guerra necesitaba alianzas. Había tensiones y rivalidades no resueltas, desacuerdos con el reparto de África y de Oriente (la mayor parte repartidas entre Francia y Gran Bretaña)... sólo era cuestión de tiempo que saltara la chispa. Y esa chispa fue el asesinato en 1914 del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo-Lorena y de su mujer en Sarajevo (Bosnia-Herzegovina) a manos de un nacionalista serbio descontento de que el país del archiduque, Austria-Hungría, hubiera anexionado Bosnia (país al que Serbia quería unir, junto con Croacia, para formar el reino de los eslavos del sur). Y así, con ese chispazo, se encendió una potente mecha. Austria-Hungría, apoyada por Alemania, declaró la guerra a Serbia. Rusia fue en ayuda del pequeño país balcánico. Y así Francia, debido a su alianza con Rusia, también se implicó en la guerra. Alemania, queriendo atacar a Francia, invade Bélgica para el paso de sus tropas, y ante esa invasión, Gran Bretaña se mete también en la contienda.

Recomiendo mucho la lectura de este libro. Explica detalladamente la inclusión de los países en la contienda, de los fracasos políticos para frenarla e incluso del entusiasmo de la población por ir a la guerra (cierto que imaginaban que duraría sólo unos meses). Explica esos cuatro años detallando campañas militares de cada una de las partes, con sus éxitos y sus fracasos. Habla del papel de políticos, casas reales, altos mandos del ejército... en la guerra. Y de cómo esta guerra europea traspasó las fronteras e incluyó al Imperio Otomano, a Japón y a Estados Unidos. Esta guerra, que no trajo nada más que destrucción, dejó al descubierto conflictos no resueltos entre países y las ambiciones de cada uno de ellos, como Japón, que quería las posesiones alemanas en Asia y en el Pacífico, o Estados Unidos, que veía peligrar todo el dinero que había prestado a las Potencias Aliadas. Francia y Gran Bretaña también tenían puestos los ojos en los territorios de Alemania en Oriente y África, y así Italia también quería parte de la costa adriática. Cada país tenía sus propios objetivos e intereses. También nos ayudará a comprender - desde la lejanía en el tiempo - el terror de la población civil y también las condiciones inhumanas a las que se enfrentaban los soldados, soldados que eran en su mayor parte población civil a los que nadie les había preparado para lo que vivirían. Veremos que la desesperación de muchos militares produjo motines en el ejército francés y que en Rusia, la misma insubordinación de los soldados (que llegarían a unirse a las fuerzas revolucionarias) desembocaría en la Revolución Rusa (1917) con la familia del zar Nicolás II asesinada y la caída del zarismo. Dedica un capítulo de verdad muy interesante sobre España que, a pesar de su neutralidad en la guerra, tuvo que resistir un conflicto político interno muy duro y muy intenso entre los que querían mostrar apoyo a los Aliados y los que apoyaban a las Potencias Centrales. Y también nos hace un análisis muy interesante de la Revolución Rusa en 1917, en plena Primera Guerra Mundial.  El capítulo dedicado a los soldados y su visión de la guerra, a través de cartas y de diarios, es impactante. La Gran Guerra se llevaría la vida de millones - millones! - de jóvenes que no tuvieron tiempo ni de entender el por qué de aquel conflicto, y los que consiguieron regresar a sus casas cargarían no sólo con secuelas físicas, sino también psicológicas. La idea "romántica" que vendían los gobiernos de los héroes de guerra, luchando cuerpo a cuerpo con el enemigo, se sustituyó de pronto por una realidad distinta. Los avances científicos unidos a la gran producción industrial hizo que la guerra adquiriera una dimensión todavía más terrible y que marcara un antes y un después en los conflictos bélicos: lanzallamas, carros de combate blindados, aviones (con Manfred von Richthofen, el famoso Barón Rojo, en el ejército alemán), submarinos, granadas, cañones de grandes calibres, etc. Sumando también, además, los avances de la industria química: ataques con gas de cloro, con gas fosgeno (que además era incoloro y olía a heno, con lo que las tropas no se alertaban). y el terrible gas mostaza que quemaba la piel y dejaba ciegos a los soldados.

Y también habla de forma muy completa sobre la dificultad de construir la paz en una Europa que ya no podía resistir por más tiempo aquel conflicto. El Tratado de Versalles, por el que se firmó el armisticio dejaba como ganadores a la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia) y a una clara perdedora: Alemania. En el Tratado de Versalles Alemania perdía parte de su territorio nacional y todas sus colonias, se le obligaba a desmilitarizarse y a hacerse cargo de todos los gastos de guerra, entre otras muchas cosas. Como gastos de la guerra se incluían:
"[...] todo tipo de conceptos, desde el valor de las destrucciones ocasionadas por la guerra hasta lo que habrían de pagar en los años siguientes como pensiones de guerra a mutilados, huérfanos y viudas. [...] había quedado claro que la cantidad sería exorbitante"
La dureza del Tratado de Versalles sería una de las causas de la Segunda Guerra Mundial, cuando una población desesperada por una crisis económica brutal, con un alto porcentaje de desempleo, inflación y unas enormes - gigantescas - deudas de guerra, puso su confianza en un hombrecillo menudo, que prometía - entre otras muchas promesas - la anulación del Tratado. Este hombrecillo había participado en la Primera Guerra Mundial y se llamaba Adolf Hitler.

Un libro muy recomendable!

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