sábado, 5 de noviembre de 2016

El librero - Roald Dahl

❤❤1/2

Roald Dahl es uno de los autores que me recuerdan a mi niñez. Cuando tenía 10 años me regalaron "Boy. Relatos de infancia", una autobiografía sobre los años primeros del autor, que leí infinidad de veces y que guardo como un tesoro.

Pero uno crece y se va quedando muy atrás toda esa magia de aquellas lecturas: Charlie y la fábrica de chocolate, Matilda, James y el melocotón gigante... No hace falta hacerle publicidad a Roald Dahl, todo el mundo sabe que es un genio en la literatura infantil y que consigue crear un ambiente y unos personajes únicos. ¡Todo niño debería leerlo!. Pero, a pesar de que se asocia normalmente con la literatura para niños, también escribió para los más mayores, como es el caso de esta pequeña novela. No es una lectura para los más pequeños, pero es perfecta para adolescentes en adelante.

"El librero" es un relato breve. Se lee enseguida y es perfecta para una tarde como la de hoy, de otoño y lluviosa. Los protagonistas son dos libreros muy especiales: William Buggage y su ayudante, la señorita Tottle. Poco les importaría si en su librería de Charing Cross Road los clientes salieran con los libros sin pagar, porque ellos, siempre en la trastienda, dirigen toda su energía a otro negocio más provechoso. Un negocio para el que sólo se necesita un periódico y la guía Who is Who.

Roald Dahl crea una historia sencilla, puramente de entretenimiento donde consigue mantener la curiosidad del lector sobre ese misterioso negocio de trastienda. Y, siendo Roald Dahl quien es, no podía faltar su toque de humor, porque la forma curiosa de ganarse la vida de estos dos personajes -personajes en todos los sentidos - es, en cierta manera, divertida y original, aunque quizás también un poco perversa. Muy del estilo de Roald Dahl.

Siendo sincera, creo que prefiero a Roald Dahl en su faceta de escritor para niños, pero este es uno de esos relatos cortos que se lee rápido y que nos puede entretener una tarde cualquiera. Como la de hoy.

lunes, 24 de octubre de 2016

La mujer gris - Elizabeth Gaskell

❤❤

Me da mucha pena darle sólo "dos corazones" a una historia de Elizabeth Gaskell porque "Hijas y esposas", "Norte y Sur" y "Vida de Charlotte Brontë" me han gustado muchísimo, así como "Cranford" y "La prima Phillis", pero seguramente el problema es mío, porque en general - claro que hay excepciones - no soy muy fan de las historias cortas... y mucho menos de las historias góticas.

Mientras iba leyendo "La mujer gris" estaba convencida de que era una obra de juventud, porque no me parecía que tuviera la misma calidad - y ni siquiera una temática parecida - de las demás novelas que yo ya había leído, pero, sorpresa, fue escrita en 1861, cuando tenía 51 años.

La historia parte en un momento cualquiera del año 184... cuando unos viajeros, que paran a tomar café en un molino cerca de la ciudad alemana de Heidelberg se interesan por la historia de una mujer que aparece en un retrato. El molinero y su mujer dejan a los visitantes una carta de la mujer, de nombre Anna Scherer, dirigida a su hija, donde le cuenta su trágica historia con la idea de convencer a su hija de que rompa el compromiso con su prometido. La conexión entre estas dos personas, madre y prometido, que ni siquiera se conocen personalmente, sólo se descubrirá al final, pero mientras tanto la historia nos llevará a la vida de Anne, de soltera Scherer, casada con un noble francés con el que vivirá en un castillo en Francia. La historia tiene mucho de las historias góticas: castillo algo tenebroso, criados suspicaces, marido con historia oculta, inevitable huida de la dama con la única criada de buen corazón y bueno, mucha emoción.

Se termina enseguida, es muy cortito. Reconozco que tuve dudas si seguir o no, porque no me gustan las historias góticas y con ese aire novelesco, con demasiadas casualidades que le quitan mucho realismo, pero para un ratito no está del todo mal. Eso si, creo que está a años luz de lo mejor de esta autora.

Otras obras de la autora:
- Vida de Charlotte Brontë.
- Norte y Sur.
- Hijas y esposas.

viernes, 21 de octubre de 2016

Noches blancas - Fiódor Dostoievski

❤❤❤❤❤

No hace mucho fue mi cumpleaños y alguien que me quiere bien, y casualmente sin saber las ganas que tenía yo de leer a Dostoievski, me regaló esta preciosa edición de la editorial Nórdica. ¡Qué maravilla de portada! y ¡qué maravillosa edición!.

Este es uno de esos libros sencillos que saben capturar la pureza de los sentimientos, la inocencia del primer amor y el deseo, con toda su intensidad, de estar con la persona querida. Aunque también tiene un espacio amargo el desamor y la decepción.

"Era una noche maravillosa, una noche de esas que puede que solo se den cuando somos jóvenes, querido lector". Este es el hermoso inicio de esta pequeña novela. Hay también que ser joven para escribir Noches blancas, como así lo fue, porque Dostoievski escribió este relato cuando tenía 27 años (1848). Digo lo de joven porque sus páginas tienen la frescura de la juventud y también su franqueza y su espontaneidad. El narrador, del que no llegamos a saber su nombre, abre su corazón a Nàstenka, una joven a quien conoce en el canal del Río Fontanka, en el centro de San Petersburgo. Él vive en la soledad más absoluta y pesar de todo, ese día, concretamente, paseaba feliz. Y ella llora en la barandilla del canal. A ese primer encuentro sucederán tres noches más. En la segunda noche se contarán su historia. Las palabras parece que surgen a borbotones, que quieren contarlo todo y bien y que la otra persona les comprenda. Abren su corazón y cuentan, ellos dos solos, lo más profundo de su alma. "Por qué no decimos lisa y llanamente lo que tenemos en el corazón si sabemos que no son palabras lanzadas al viento?". Es, de verdad, maravilloso.

A pesar de querer contar más cosas creo que debería dejarlo aquí. No spoilers. Noches blancas es un libro sencillo pero que lleva lo más profundo del alma humana, la bondad, el amor desinteresado... y nos hará temblar de emoción en cada página. Lo recomiendo muchísimo.

Y las ilustraciones de Nicolai Troshinsky son geniales, delicadas e inteligentes, capturando la esencia del texto ❤.


jueves, 13 de octubre de 2016

Retorno a Brideshead - Evelyn Waugh

❤❤❤

A pesar de estar considerada la novela "Retorno a Brideshead" como una de las más destacadas de la literatura inglesa del siglo XX no es una novela que a mí particularmente me guste mucho. Y quizás voy a ser contradictoria, porque me parece una novela bellamente escrita, con algunos párrafos memorables y descripciones muy bonitas, pero la historia, el trasfondo, los personajes, sus comportamientos, no me han gustado del todo. Me ha enseñado cuánto de desagradable hay en el ser humano, incluso entre familiares y amigos, y cuán solos estamos al final.

La historia parte del reencuentro del narrador, Charles Ryder, con Brideshead, la propiedad de una familia amiga que frecuentó en el pasado. Han pasado veinte años desde la primera vez que Charles, acompañado por Sebastian Flyte- el hijo de los propietarios-  se hallaron " [...] en la entrada de un valle y, a nuestros pies, a media milla de distancia, brillantes, grises y doradas a través del boscaje, se irguieron la cúpula y columnas de una vieja mansión". En aquel momento no llegaban a los veinte años, eran unos estudiantes de Oxford de primer año dedicados a la vida ociosa, sin más ocupaciones que la de estar entre amigos y el alcohol. En el momento en que parte nuestra historia, Charles Ryder, con 39 años, es teniente en la Compañía C, y el escenario temporal es la Segunda Guerra Mundial. Brideshead, ahora sólo tiene como inquilinos a unos pocos y viejos criados y a las diferentes compañías militares que van asentando allí su base. El encuentro inesperado con Brideshead abre en Charles Ryder toda una serie de recuerdos y su memoria nos lleva a Oxford, a su primer encuentro con Sebastian, a conocer a la familia Flyte, a sus viajes, a su interés por la pintura, etc.

La novela es pesimista, no sólo en cuanto a las relaciones personales sino también en cuanto a la fe. La religión, el catolicismo en este caso, tiene un papel importante, yo diría que es uno de los papeles protagonistas, y es mencionado de forma recurrente a lo largo de la novela. Quizás este último tema sea el que me ha parecido más interesante. Evelyn Waugh se convirtió al catolicismo en 1930, cuando tenía 27 años, y esta novela la escribe en 1945. Quince años pasan desde su conversión y en la novela hace tantas críticas a la fe católica que estoy prácticamente segura que un párrafo del principio (página 17 y 18 de la edición de Tusquets) donde Charles Ryder habla del fin del amor por el ejército, es en realidad una proyección del fin del amor, de la desilusión, de Evelyn Waugh por la religión católica.

Hay en "Retorno a Brideshead" personajes con diferentes visiones acerca de la fe (ateos, agnósticos, protestantes), pero el narrador centra su curiosidad en los que son católicos - la mayor parte de la familia Flyte - y su diferente implicación y devoción en la fe. Partirá viendo el catolicismo y a sus evangelios como formando parte de la "poesía, de ese sabor de Alicia en el país de las maravillas propio de la religión", y terminará comprobando, no sin cierto dolor, cómo las obligaciones morales, el sentimiento de culpa, de pecado, ese temor al infierno ... mueven sus comportamientos y les impiden ser felices, sobre todo en el amor. Un aire de resignación aparece en la novela. La familia, base fundamental en la religión católica, en el ejemplo de la familia Flyte está desunida y con apenas lazos filiales: no se ayudan y no se comprenden. Y se irán haciendo daño, posiblemente sin pretenderlo.

"Retorno a Brideshead" es una novela muy bien escrita, es una de las novelas más importantes de la literatura inglesa, donde se habla de forma muy inteligente de la fe, de la religión, del amor filial, de la amistad, de la homosexualidad, ... pero es una novela pesimista que también trata de la traición, de la desilusión, del abandono, de la resignación y de la soledad. La novela tiene unos personajes con mucha personalidad, casi todos complejos, algunos mezquinos y dañinos. Me ha gustado Sebastian Flyte, aunque su final me ha parecido uno de los finales más injustos de la literatura, me ha enternecido su sinceridad, su fragilidad y su sentimiento leal de la amistad. Me ha gustado Cordelia y su querer ayudar siempre a los demás. Me ha gustado Anthony Blanche, porque a pesar de sus extravagancias y su aparente superficialidad, resulta al final un fiel amigo. Pero a los demás personajes los he ido odiando a lo largo de la novela, incluso al narrador. A todos, excepto a los tres mencionados antes, no los salvaría de la quema.

lunes, 11 de julio de 2016

Persuasion - Jane Austen

❤❤❤❤

"Quienes quieran ser felices deben ser firmes" - le dice el capitán Frederick Wentworth al personaje de Louisa Musgrove durante un paseo.

Este comentario resume la base sobre la que se asienta "Persuasión". Nuestra protagonista Anne Elliot, que en el presente tiene 27 años, se vio persuadida a romper su compromiso con Frederick Wentworth cuando tenía apenas 19. Han pasado ocho años y Anne Elliot y Frederick Wentworth vuelven a encontrarse, aunque en una situación vital distinta. Los dos han madurado y, mientras que ella y su familia pasan por una situación económica delicada, él se ha enriquecido en la marina. ¡Desde luego ahora ya no es un mal partido para la hija de un baronet!. La trama de la historia consiste básicamente en saber si él la ha perdonado y si siguen siendo firmes sus sentimientos o, si por el contrario, ya es demasiado tarde para ambos.

Dentro de la producción de Jane Austen, la protagonista de Persuasión, Anne Elliot, es una protagonista atípica. Los personajes femeninos y protagonistas de Jane Austen son personajes muy carismáticos, extrovertidos y con mucha personalidad: pensemos por ejemplo en Elizabeth Bennet (Orgullo y prejuicio), Emma Woodhouse (Emma) o en Marianne Dashwood (Sentido y sensibilidad). Incluso la jovencísima Catherine Morland (La abadía de Northanger), de la que se dice al principio que nadie pensaría en ella como heroína de novela, sí lo era.

Sin embargo, Anne Elliot es una protagonista que carece, en mi opinión, de ese mismo carisma de las protagonistas de sus otras novelas, aunque no por ello es menos interesante. ¡Al contrario!. La autora cambia su estilo narrativo al mismo tiempo que cambia el carácter típico de su personaje principal. Su narración tan directa y con tantos puntos humorísticos - tan típica de Jane Austen - es ahora, con una protagonista tímida y silenciosa, una narración más introspectiva, más descriptiva y detallada y también, por qué no decirlo, más madura. Anne Elliot es un personaje introvertido, callado y que vive acostumbrado a vivir en un segundo plano, desde el que observa - y juzga a su manera - lo que ocurre a su alrededor. A pesar de que se suele decir que Jane Austen en sus novelas hace una crítica social a su tiempo, yo no soy de esa opinión. Creo que la autora quería simplemente escribir algo bonito, contado de una forma bonita, con el ánimo de entretener más que de juzgar su época. Pero, aunque yo piense que la crítica social no es uno de los objetivos de Jane Austen, sí lo es la crítica a determinados comportamientos humanos. Así veremos, en el caso de Persuasión, cuánto de ridículo hay en el comportamiento del padre de Anne Elliot y de sus hermanas, siempre arrogantes y vanidosos - cual pavos reales -, siempre orgullosos de la clase social a la que pertenecen y viviendo siempre por encima de sus posibilidades.

Por lo que he dicho antes puede parecer que Anne Elliot es un personaje plano, con pocos matices, pero eso no es cierto. Hay dos ocasiones en concreto en las que Jane Austen parece darnos un golpecito en la frente para decirnos "¿ves? puede que no la creas tan apasionada como Elizabeth Bennet o como Marianne Dashwood, pero también le corre sangre por las venas". Puede que nos guste el carácter apocado y sencillo de Anne Elliot, su bondad y su buen carácter, aunque echemos de menos algo que le haga bullir la sangre, que le haga reaccionar y aceptar sin trabas sus emociones. Así que nos sorprende y nos da, de verdad, mucho gusto verla cambiar de sitio en un teatro, disimuladamente, para sentarse donde posiblemente Frederick Wentworth la vea y se acerque. Y no digamos ya cuando después de leer una carta del capitán, cerca del final de la novela, sale de su casa con intención de encontrarle. Jane Austen hace que su protagonista en esta novela baje la mirada, domine sus emociones y contemple la vida un poco desde lejos, pero está claro que no iba a dejar a su heroína ocultar por más tiempo un espíritu en cierta manera apasionado. Y así, progresivamente, veremos el despertar - lento pero seguro - de nuestra protagonista, una protagonista cada vez más segura de sí misma y que va teniendo claro lo que quiere en verdad en su vida. Es un cambio sutil, pero se nota.

Anne Elliot se ve persuadida a romper su compromiso matrimonial con Frederick Wentworth cuando tenía 19 años. En esta novela Jane Austen profundiza y analiza con más detalle las consecuencias de la debilidad de carácter y veremos en varias ocasiones cómo el capitán Wentworth expresa su opinión sobre la importancia de mantenerse firme a las propias ideas y a los sentimientos (nótese su sorpresa ante el compromiso matrimonial de su amigo, el capitán Benwick, que había perdido a su anterior prometida hacía pocos meses), pero el tema de la persuasión no es un tema nuevo en Jane Austen. Aunque las circunstancias de los personajes son diferentes no se nos puede pasar por alto que en Orgullo y prejuicio una de las situaciones que tienen cierta importancia en la novela, es que el propio Darcy persuade a su amigo Charles Bingley a que abandonen la propiedad de Netherfield, aunque Lady Russell, en Persuasión, y Darcy, en Orgullo y prejuicio, tienen motivaciones diferentes. La primera, aún siendo consciente de los sentimientos de ambos, convence a Anne Elliot de que no es un matrimonio conveniente y Darcy, que sin embargo no es consciente de los sentimientos de la primogénita de los Bennet hacia Bingley, cree que ven a su amigo como una presa con gran fortuna .

Persuasión es una novela, la última escrita por Jane Austen, que se centra en la vida de dos personas que rompen su compromiso por la intromisión de terceras personas. Jane Austen profundiza sobre la debilidad de carácter y sus consecuencias, y también nos habla de oportunidades perdidas, del arrepentimiento y de la situación de las mujeres de la época que a los 27 años ya se consideraban demasiado mayores para encontrar un marido. Aunque esa es la historia central la novela ofrece multitud de personajes y situaciones e incluso varias localizaciones diferentes, desde la propiedad de los Elliot en Kellynch Hall, en el campo, hasta localidades como Lyme y Bath. Hay personajes con grandes cualidades y también hay algún que otro personaje con el que nos llevaremos una sorpresa (porque a veces no todo es lo que parece). Incluyendo en la novela a personajes pertenecientes a la armada de Inglaterra Jane Austen hace alusión a ese cuerpo con cierto cariño y respeto, no en vano algunos de sus hermanos eran marinos, y los admira, como así lo dice en el texto, "por su cordialidad, su sentido de la hermandad, su hospitalidad y su rectitud moral". No tenía así la misma opinión de la milicia, a la que en Orgullo y prejuicio, por ejemplo, no le concede al personaje de Wickham precisamente unos grandes valores morales.

En definitiva, Persuasión es una novela escrita de una forma muy bonita, sencilla e íntima. Desde luego de todas las novelas de Jane Austen posiblemente esta sea la que más me ha gustado. Y la recomiendo sin ninguna duda. Si la leéis os va a encantar.

Antes de terminar quería comentar que yo no suelo ser muy exigente con las ediciones - en mis estanterías hay, como en cualquier otra parte, libros de todos los formatos y de todos los precios -, pero es la primera vez en el blog que creo que debo mencionar lo impresionante que es esta nueva edición de Persuasión. La editorial dÉpoca edita esta novela con motivo del bicentenario de su publicación y lo hace con tanto mimo y con tanta dedicación que no puedo dejar de decirlo. La edición está ilustrada con ilustraciones originales de Charles Edmund Brock (firmados en 1909), que son preciosas, pero además, añaden al final otras ilustraciones del mismo autor (de fecha de 1898), de Arthur Wallis Mills (de 1908) y de Hugh Thomson (datadas en 1897). Todas son maravillosas. Y, además añaden un apéndice con los recuerdos que sus sobrinos guardaban de su tía Jane Austen. Un detalle magnífico para humanizar y acercarnos más a una escritora tan importante como ella lo era. La edición incluye un DVD con un interesantísimo documental de dos horas de duración sobre la vida y la obra de la autora. Una joya, sin duda.

jueves, 9 de junio de 2016

4 Peliculas/Series sobre la Primera Guerra Mundial

Después de estar las dos últimas semanas leyendo La Gran Guerra. La Primera Guerra Mundial al descubierto, me apetecía ver algunas películas/series sobre este período histórico. Aquí comento muy por encima las cuatro elegidas: clásicos como "Sin novedad en el frente", "Senderos de gloria" y miniseries más actuales como "Anzac Girls" y "Parade's End".


❤❤❤❤

Basada en la novela de Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente (1930) es una obra maestra. Hay que verla.

Concentrar todo lo que supuso la Primera Guerra Mundial en poco más de dos horas no es tarea fácil.  No se trata tan sólo de mostrar las trincheras o de enseñar cadáveres o heridos para conmover a la gente. Esta película, claramente antibelicista, nos cuenta una historia profunda y sincera sobre unos muchachos, jóvenes, ingenuos, que creyeron en las máximas publicistas de ese período sobre el honor, la valentía, la lucha por la patria. Estos chavales, que no llegaban ni a los veinte años, se encontraron con una realidad distinta. La guerra que encontraron poco tenía de glorioso: trincheras claustrofóbicas, anegadas de agua, casi sin comida, llenos de suciedad y de piojos, la incertidumbre de un posible ataque, matando a gente que no conocían y viendo morir a sus compañeros. La película contiene también brillantes diálogos sobre el sentido de la guerra y de llevar a hombres (muchos de ellos prácticamente niños) a una muerte casi segura.

El final de la película tiene de fondo una fotografía fija de un inmenso cementerio con la secuencia superpuesta de una fila de soldados caminando a la guerra. Entre todos esos jóvenes los únicos que se giran y miran a la cámara son los mismos jóvenes que vimos alistarse entusiasmados al principio. Esta secuencia, de pocos segundos, es impactante. La película visualmente es impresionante, y hay muchas escenas que nos dejan sin respiración (y a poco que nos demos cuenta ya estamos con el klinex en la mano) pero esta escena en particular a mí me impresionó mucho.

Una obra maestra. Ésta es una película que debe verse.


*******************************************************

❤❤❤❤

Senderos de Gloria (1957) está basada en la novela del mismo nombre del escritor Humphrey Cobb. Está nada menos que dirigida por Stanley Kubrick y protagonizada por Kirk Douglas, que está impresionante en el papel del coronel Dax.

He tenido la suerte de que después de "Sin novedad en el frente", obra maestra sin ninguna duda, me haya topado con otra película que la iguala. Porque Senderos de Gloria es una joya cinematográfica.

La historia, inspirada en hechos reales, se centra en un acontecimiento ocurrido en 1916, dos años después del comienzo de la guerra. Una voz en off resume en una sola frase lo terrible de aquella guerra en la que "Los ataques exitosos se medían en cientos de metros  y costaban cientos de miles de vidas". Uno de estos avances imposibles es donde se centra nuestra historia. El general Paul Mireau ordena a uno de sus batallones, dirigido por el coronel Dax, que tome el fuerte de Ant Hill, un punto clave en poder de los alemanes. La operación era claramente una operación suicida y sólo se debía a las ambiciones del general por un mayor prestigio personal. La operación es un fracaso y, para castigar a la tropa, el general Mireau decide fusilar a tres hombres elegidos al azar. El coronel Dax, abogado en la vida civil, intentará defenderles ante el Consejo de Guerra. Este Consejo los acusa de cobardía, pero lo que parece, viendo la escena, es que los acusan de no haberse muerto. Y, bueno, hasta aquí puedo leer.

Ant Hill
Mientras "Sin novedad en el frente" hace una crítica más sentimental sobre el sinsentido de la guerra, "Senderos de gloria" hace una crítica muy potente a los altos mandos militares, que raramente aparecieron por las trincheras y que dirigieron las campañas desde sus cuarteles o, como el general Mireau, desde el mismo Versalles. Este general está basado en un personaje real, el general Géraud Réveilhac, que incluso ordena bombardear a sus propios hombres, dentro de una trinchera, para obligarles a salir y avanzar - anécdota reflejada en la película y que es, de verdad, escalofriante (menos mal que el que recibe la orden tiene dos dedos de frente y se niega). Kubrick consigue reflejar la despreocupación y el desprecio por la vida de los soldados que tenían los altos mandos militares, que hablaban de valentía y coraje desde sus despachos.

La película también, al igual que "Sin novedad en el frente", es visualmente muy potente. La escena de Kirk Douglas, momentos antes de la operación de Ant Hill, caminando a lo largo de la trinchera, con sus hombres a ambos lados esperando sus órdenes, y mientras los alemanes bombardeando la trinchera, a mi me impresionó muchísimo. Kirk Douglas consigue transmitir, en ese momento, la firmeza y la determinación de un hombre que sabe que muchos de los que ahora tiene delante morirán en el minuto siguiente, y que él estará luchando allí con ellos, corriendo su misma suerte. Esta escena es sobrecogedora. Pero la película está llena de muchos momentos así. Está cargada de drama y de indignación.

Una obra maestra!.

*******************************************************

❤❤❤❤

ANZAC Girls (2014) es una miniserie autraliana de seis capítulos sobre la historia real de cuatro enfermeras australianas y una neozelandesa durante la Primera Guerra Mundial. La serie está basada en la novela homónima del periodista Peter Rees, que se basa en diarios y cartas de las protagonistas. ANZAC son las siglas de Australian and New Zealand Army Corps, el ejército australiano y neozelandés. Este ejército, al ser Australia y NZ colonias británicas, apoyó a los aliados en la guerra, y tenían sus propios hospitales atendidos por enfermeras y médicos de su país.

Es una serie muy recomendable. Cierto que el primer capítulo no me entusiasmó, pero la serie promete y vale la pena. La serie muestra, desde la vida en la trastienda de los hospitales de guerra, lo que de devastador tiene un conflicto bélico: la dificultad de un escaso equipo médico para atender a tantos y tantos heridos, intentando salvarles la vida en condiciones de verdad muy complicadas. Pero la serie, a pesar de que hace mención a batallas reales, como la de Galípoli o la batalla del Somme, hace hincapié sobre todo en la vida personal de estas enfermeras. No veremos ninguna escena bélica en el frente. La serie se centra en la vida de estas jóvenes que intentaron llevar una vida lo más normal posible. De la historia del primer capítulo a la del último hay un abismo. En el primer capítulo veremos a unas mujeres jóvenes, valientes y aventureras que llegaban con la esperanza de ayudar en una guerra que se preveía corta. Tiene un halo de optimismo y de alegría, incluso un poco frívolo, diría yo. Pero a medida que la guerra avanza, también lo hace la misma serie, y los últimos capítulos ya no tienen los mismos colores luminosos del principio. Se percibe frustración, cansancio, pérdida, los destrozos de la guerra, el agotamiento de soldados y personal civil. Los colores, la luz, son distintos. Es una genialidad ese progresivo contraste del inicio hasta el capítulo final.

Algunas de estas mujeres volvieron como enfermeras en la Segunda Guerra Mundial y recibieron incluso medallas militares al valor. Alice Ross-King y Grace Wilson recibieron, además, la medalla Florence Nightingale, la más alta condecoración dada por el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Lo dicho, muy recomendable.

*******************************************************

❤❤❤

Está bastante bien. Parade's End (2012) es una miniserie de 5 capítulos que tiene como telón de fondo la Primera Guerra Mundial. Está basada en la tetralogía de Ford Madox Ford, que fue publicada entre 1924 y 1928. Cuenta la historia de Christopher Tietjens que se ve obligado a casarse - de penalty y después de un único encuentro en un tren - con la bellísima Sylvia Satterthwaite . No será este un matrimonio feliz y nuestro protagonista, aún a pesar de sus fuertes valores morales e ideas conservadoras, se enamorará de una joven sufragista, Valentine Wannop.

La historia abarca desde los años previos a la guerra hasta la firma del armisticio. La labor intensa de las sufragistas, pidiendo el voto femenino, se refleja muy bien en ese periodo pre-guerra (incluso escenifican a la sufragista Mary Richardson rajando varias veces "La venus del espejo" en la National Gallery de Londres), así como también, con la incertidumbre de una guerra cerca, las conversaciones de salón se dividen entre los que creen que no habrá enfrentamiento y los que creen que los pactos entre países conducirán, sin duda, a una guerra inmediata. La guerra en sí misma está bastante bien ambientada y las trincheras reflejan la claustrofobia y el agotamiento de los oficiales y soldados. La serie sabe integrar muy bien - y se agradece - el contexto histórico de este trío amoroso, y no sólo se centra en los protagonistas.

Los actores son brillantes, sobre todo Rebecca Hall como la complicada Sylvia Tietjens, aunque Benedict Cumberbatch, en el papel del marido sufridor, también hace un papelón. Sin embargo, al ser la novela una tetralogía, es difícil plasmarlo todo en sólo cinco capítulos y hay mucho que se nos escapa de la personalidad de los protagonistas, sobre todo de Sylvia, que es un personaje que nos puede resultar un poco odioso y al mismo tiempo nos inspira algo - aunque no mucho - de lástima. Es de esas adaptaciones que para disfrutarlas al 100% uno debería leerse la historia porque deja muchas cosas en el aire, pero, aún sin haber leído la novela resulta una serie bastante recomendable. 

domingo, 22 de mayo de 2016

La Gran Guerra. La Primera Guerra Mundial al descubierto - VVAA (Canal Historia)

❤❤❤❤❤

Muy muy recomendable!

Tanto si eres un desconocedor o un experto sobre la Primera Guerra Mundial este libro es un imprescindible. Sus más de 500 páginas no sólo hacen un análisis detallado y exhaustivo sobre el periodo de preguerra, sobre la guerra y sobre lo que vendría después, sino que también detalla temas tan olvidados como el papel de las mujeres durante la contienda, y la situación del día a día de los propios soldados (con referencias a cartas y a diarios de la época). No se olvidan tampoco de España, dedicándole un capítulo muy interesante sobre la difícil neutralidad que tomó nuestro país. O sobre Rusia, y cómo la Primera Guerra Mundial fue una de las causas de la Revolución Rusa de 1917 y la caída del zarismo.

Un hombre de finales del siglo XIX y principios del XX lejos tendría en su imaginación la posibilidad de una guerra, y mucho menos una guerra tan cruenta que, además de matar a millones de personas, cambiaría las fronteras y los mapas. Difícil imaginar la caída de gobiernos, la desaparición de casas reales y la desfragmentación de grandes imperios y países. Un hombre de finales del siglo XIX y principios del XX tenía ante sí una época fructífera y de un desarrollo industrial, científico y social sin precedentes. Ese hombre estaba viviendo la aparición de la electricidad, del teléfono, del cine, de las cámaras fotográficas, de los coches y de los aviones. Veía los avances médicos en cirugía, la aparición de las vacunas y también de nuevas máquinas, como la de los rayos X. Veía cómo se abarataban los bienes debido a la producción en masa, aunque también veía los efectos negativos de los comienzos de la industrialización, como la migración a las ciudades, gente hacinada, obreros explotados en jornadas interminables por un escaso salario y mucha pobreza. Surgen los movimientos obreros, las políticas socialistas y los sindicatos, y también surgen en esa época otros movimientos como el feminista. Esos años fueron productivos, intensos, cualquier cosa imaginada podía ser posible.

"La Gran Guerra" explica con detenimiento la época anterior a la guerra, no sólo refiriéndose a los grandes e importantes avances en todas las áreas (muy resumidos en el párrafo anterior), sino que hace un análisis muy exhaustivo de la situación política previa y de todas las alianzas entre los países europeos. La Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) y el Tratado de Reaseguro (el tratado de neutralidad de Alemania con Rusia) fueron el resultado de las labores diplomáticas de Bismarck para garantizar la paz en Alemania pero, después de la llegada al trono alemán de Guillermo II y la dimisión de Bismarck, la política cambió en Europa. El tratado con Rusia no sería renovado y la Triple Alianza se disolvería en 1912. Francia, viendo en la ruptura de Alemania con Rusia su oportunidad, conseguiría una alianza con la potencia zarista. A cambio de inversión en infraestructuras en Rusia (el transiberiano se construye con dinero francés) Francia consigue un potente aliado.

Parece complicado, y en realidad lo es. La Europa de antes de la guerra necesitaba alianzas. Había tensiones y rivalidades no resueltas, desacuerdos con el reparto de África y de Oriente (la mayor parte repartidas entre Francia y Gran Bretaña)... sólo era cuestión de tiempo que saltara la chispa. Y esa chispa fue el asesinato en 1914 del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo-Lorena y de su mujer en Sarajevo (Bosnia-Herzegovina) a manos de un nacionalista serbio descontento de que el país del archiduque, Austria-Hungría, hubiera anexionado Bosnia (país al que Serbia quería unir, junto con Croacia, para formar el reino de los eslavos del sur). Y así, con ese chispazo, se encendió una potente mecha. Austria-Hungría, apoyada por Alemania, declaró la guerra a Serbia. Rusia fue en ayuda del pequeño país balcánico. Y así Francia, debido a su alianza con Rusia, también se implicó en la guerra. Alemania, queriendo atacar a Francia, invade Bélgica para el paso de sus tropas, y ante esa invasión, Gran Bretaña se mete también en la contienda.

Recomiendo mucho la lectura de este libro. Explica detalladamente la inclusión de los países en la contienda, de los fracasos políticos para frenarla e incluso del entusiasmo de la población por ir a la guerra (cierto que imaginaban que duraría sólo unos meses). Explica esos cuatro años detallando campañas militares de cada una de las partes, con sus éxitos y sus fracasos. Habla del papel de políticos, casas reales, altos mandos del ejército... en la guerra. Y de cómo esta guerra europea traspasó las fronteras e incluyó al Imperio Otomano, a Japón y a Estados Unidos. Esta guerra, que no trajo nada más que destrucción, dejó al descubierto conflictos no resueltos entre países y las ambiciones de cada uno de ellos, como Japón, que quería las posesiones alemanas en Asia y en el Pacífico, o Estados Unidos, que veía peligrar todo el dinero que había prestado a las Potencias Aliadas. Francia y Gran Bretaña también tenían puestos los ojos en los territorios de Alemania en Oriente y África, y así Italia también quería parte de la costa adriática. Cada país tenía sus propios objetivos e intereses. También nos ayudará a comprender - desde la lejanía en el tiempo - el terror de la población civil y también las condiciones inhumanas a las que se enfrentaban los soldados, soldados que eran en su mayor parte población civil a los que nadie les había preparado para lo que vivirían. Veremos que la desesperación de muchos militares produjo motines en el ejército francés y que en Rusia, la misma insubordinación de los soldados (que llegarían a unirse a las fuerzas revolucionarias) desembocaría en la Revolución Rusa (1917) con la familia del zar Nicolás II asesinada y la caída del zarismo. Dedica un capítulo de verdad muy interesante sobre España que, a pesar de su neutralidad en la guerra, tuvo que resistir un conflicto político interno muy duro y muy intenso entre los que querían mostrar apoyo a los Aliados y los que apoyaban a las Potencias Centrales. Y también nos hace un análisis muy interesante de la Revolución Rusa en 1917, en plena Primera Guerra Mundial.  El capítulo dedicado a los soldados y su visión de la guerra, a través de cartas y de diarios, es impactante. La Gran Guerra se llevaría la vida de millones - millones! - de jóvenes que no tuvieron tiempo ni de entender el por qué de aquel conflicto, y los que consiguieron regresar a sus casas cargarían no sólo con secuelas físicas, sino también psicológicas. La idea "romántica" que vendían los gobiernos de los héroes de guerra, luchando cuerpo a cuerpo con el enemigo, se sustituyó de pronto por una realidad distinta. Los avances científicos unidos a la gran producción industrial hizo que la guerra adquiriera una dimensión todavía más terrible y que marcara un antes y un después en los conflictos bélicos: lanzallamas, carros de combate blindados, aviones (con Manfred von Richthofen, el famoso Barón Rojo, en el ejército alemán), submarinos, granadas, cañones de grandes calibres, etc. Sumando también, además, los avances de la industria química: ataques con gas de cloro, con gas fosgeno (que además era incoloro y olía a heno, con lo que las tropas no se alertaban). y el terrible gas mostaza que quemaba la piel y dejaba ciegos a los soldados.

Y también habla de forma muy completa sobre la dificultad de construir la paz en una Europa que ya no podía resistir por más tiempo aquel conflicto. El Tratado de Versalles, por el que se firmó el armisticio dejaba como ganadores a la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia) y a una clara perdedora: Alemania. En el Tratado de Versalles Alemania perdía parte de su territorio nacional y todas sus colonias, se le obligaba a desmilitarizarse y a hacerse cargo de todos los gastos de guerra, entre otras muchas cosas. Como gastos de la guerra se incluían:
"[...] todo tipo de conceptos, desde el valor de las destrucciones ocasionadas por la guerra hasta lo que habrían de pagar en los años siguientes como pensiones de guerra a mutilados, huérfanos y viudas. [...] había quedado claro que la cantidad sería exorbitante"
La dureza del Tratado de Versalles sería una de las causas de la Segunda Guerra Mundial, cuando una población desesperada por una crisis económica brutal, con un alto porcentaje de desempleo, inflación y unas enormes - gigantescas - deudas de guerra, puso su confianza en un hombrecillo menudo, que prometía - entre otras muchas promesas - la anulación del Tratado. Este hombrecillo había participado en la Primera Guerra Mundial y se llamaba Adolf Hitler.

Un libro muy recomendable!

viernes, 13 de mayo de 2016

Julia Bride - Henry James



Muy recomendable!

Leer a los clásicos da muchas garantías. Y es que no se llega a ser considerado un genio de la literatura por escribir novelas de usar y tirar. Quizás las últimas novelas de Henry James no tuvieron igual éxito que algunas de sus más famosas novelas, pero es el mismo genio el que las escribe, y por eso mismo nunca defrauda.

Julia Bride tiene, concentrado en sus algo más de cien páginas, todo lo bueno de Henry James: analiza su época, examina la psicología de su protagonista, mantiene la intriga y además le añade a todo esto una gran dosis de humor. ¿No es ya irónico que Henry James apellidara Bride (novia) a una mujer con seis compromisos matrimoniales fallidos y  que espera con ansia el séptimo? Julia Bride será, para Henry James, la eterna novia.

Henry James, en esta breve novela, se concentra en las relaciones personales: el noviazgo, el compromiso matrimonial y el divorcio (aunque no todo en la misma persona) y, también además, en la difícil situación de las mujeres que, no habiendo un mercado laboral para las de su clase social, debían buscar un marido para asegurar su estatus social. No sólo esa es la crítica, también el autor nos enseña una sociedad que exige - a las mujeres sobre todo - un comportamiento ejemplar (pasado, presente y futuro) sin ningún error ni tacha.

Julia Bride es una bellísima joven neoyorkina de clase media-alta con dos grandes preocupaciones: su pasado y su futuro. Sus seis compromisos rotos y los tres divorcios de su madre dificultan la posibilidad de que su actual novio, Basil French, perteneciente a la alta sociedad de Nueva York, decida casarse con ella. Este hombre y su familia podrían haber olvidado las faltas de la madre ante las virtudes morales de la hija, pero es complicado mirar hacia otro lado cuando la hija tiene, en su haber, seis noviazgos fallidos. En una sociedad de apariencias todo debe ser inmaculado, y la duda de si Julia ha tenido o no comportamientos indecorosos con sus antiguos prometidos dificulta la decisión, sobre todo cuando hay un personaje, la señora de un tal George Maule, que desea revelar el pasado de nuestra protagonista. Julia Bride tiene que limpiar o bien su propia conducta en el pasado o la de su madre. Y Henry James le da dos oportunidades de hacerlo.

El señor Pitman, con el que se encuentra en el Museo Metropolitano, es el primero al que acude Julia Bride. En el señor Pitman, el segundo padrastro de Julia, Henry James nos introduce en el tema del divorcio en Estados Unidos a finales del siglo XIX - principios del XX. No sé si el tema del divorcio es un tema tratado en otras novelas de Henry James (aunque creo recordar que en Los europeos una de sus protagonistas estaba separada), pero sí me ha recordado a Edith Wharton, compatriota y amiga de Henry James, que trató muchas veces el divorcio en sus novelas (Madame de Treymes, La edad de la inocencia, por ejemplo).  Henry James, que es un experto en el desarrollo psicológico de sus personajes, hace un interesante análisis sobre el encuentro de Julia con su padrastro y de cómo resurge, entre la imagen tergiversada por las mentiras de su madre, el recuerdo de un hombre "amigable y familiar". Henry James, que no se casaría nunca y que no pasaría por un divorcio (como sí lo hizo Edith Wharton), transmite - sutilmente - el atropello de un proceso de divorcio para una de las dos partes. En una sociedad conservadora en la que la familia era una de las bases más importantes para la educación y la moral, divorciarse era posible pero no sencillo. El divorcio podría firmarse sólo cuando una de las partes había cometido una grave falta contra el otro. Habría muchos juicios de divorcio por causas reales, pero también habría juicios basados en mentiras. Y en este último tipo se incluye el de la madre de Julia Bride:
"Recordó también cuánto más agradable había sido, pobre hombre, de lo que su esposa y la Corte habían hecho lo posible por hacerle parecer públicamente". 
o bien en cómo los defectos del señor Pitman habían sido "vívidamente retratados por su madre como los vicios más bajos".

Me pareció interesante que escribiera - aunque brevemente - sobre el divorcio a finales del siglo XIX y la dificultad, para la parte agraviada, de retomar su vida. Julia Bride, tiene algo que pedirle al señor Pitman, pero éste también tiene algo que pedirle a Julia. La conversación entre los dos tiene mucho de peripecia. Y es que estos dos personajes - buenas personas sí, pero en el fondo unos cazafortunas, seamos sinceros  - son ante todo prácticos. Dejaré al lector - sin desgranar mucho más - el disfrute de esta divertida conversación.

La segunda oportunidad que Henry James le proporciona a Julia Bride para limpiar su conducta pasada es la de reunirse con un antiguo prometido, Murray Brush, para que medie a su favor y niegue cualquier conducta indecorosa entre los dos. Este hombre, que acaba de llegar a Nuevar York después de pasar tres años en Europa, es su última oportunidad para maquillar su pasado, un "pasado demasiado libertino" como recuerda Julia.

Un tema muy utilizado por Henry James en sus novelas es la diferencia entre el carácter europeo y el americano. Es cierto que esta novela corta no va sobre esas diferencias, pero aún así Henry James no olvida su tema preferido. En su recuerdo del pasado Julia nos presenta a un Murray Brush poco caballero, al que compara con un "metal impuro" y del que su relación, comparándola con otras más antiguas, "emanaba tanto hedor", pero, en ese encuentro en Central Park, Julia:
"Percibió en el acto la diferencia que se había obrado en el joven, materializada en una forma de comportarse más refinada; tal era el sentido en el que Europa en general, y París en particular, le habían llevado a progresar. "
Un pequeño guiño a su tema favorito. Ese progreso que Julia cree ver, será sólo ilusorio, porque su antiguo pretendiente, si bien más sofisticado y educado que en el pasado, también es más aprovechado y ambicioso. Europa desde luego no le dotaría de la delicadeza que Julia imagina. Claro que acepta ayudar a nuestra protagonista, pero a cambio de algo. No teman, no es nada indecente. Pero dejaré que el futuro lector descubra las motivaciones e intereses de su antiguo prometido y si Julia consigue - o no - su objetivo.

No está todo dicho. Aunque sea una novela corta hay mucha información en ella. Todo, en Henry James, es importante. "Julia Bride" es una novela fantástica, de verdad. La recomiendo muchísimo!

viernes, 15 de abril de 2016

Hijas y esposas - Elizabeth Gaskell



Considero ya a Elizabeth Gaskell como una de mis escritoras favoritas. Esta es la quinta novela suya que leo (las otras cuatro son: "La prima Phillis", "Norte y Sur", "Vida de Charlotte Brontë" y "Cranford") y cada vez me gusta más: su forma de escribir, la evolución de cada historia (tanto la principal como las secundarias), el análisis de cada personaje, su elegancia al contar los detalles, su sentido del humor... Incluso en el punto flaco de muchas novelas (a mi parecer) como son los diálogos, Elizabeth Gaskell se sale. Es una escritora con todas las letras y poco me falta para conseguir un retrato suyo y darle un abrazo por todas las horas de felicísima lectura que me ha dado.

"Hijas y esposas" tiene una historia que, siendo aún sencilla, tiene muchos matices. Sigo pensando lo que ya dije en "Norte y Sur", que las novelas de Gaskell son novelas que ofrecen más de lo que nos puede contar cualquier reseña. En cada nueva re-lectura estoy segura de que abriríamos los ojos a detalles en los que antes no nos hubiéramos fijado, quizás no sobre la historia, pero sí sobre la psicología de cada personaje y también sobre el análisis social de su época. Gaskell es una de la más grandes escritoras de la literatura inglesa. Su calidad literaria es indiscutible. Su ironía y su sentido del humor son inigualables.

"Hijas y esposas" tiene a la joven Molly Gibson como protagonista. Su padre, el médico de la pequeña localidad de Hollingford, decide casarse de nuevo. La elegida será Hyacinth Kirkpatrick, también viuda y madre de una muchacha de la misma edad que Molly, Cynthia, y que después de muchos años siendo la institutriz para la importante familia Cumnor, es propietaria de una escuela de jovencitas. Dos viudos con dos hijas de la misma edad y con dos formas opuestas de criarlas. Por un lado tenemos a Molly, una joven ingenua y feliz, que ha sido educada con la educación básica de la época y que, aunque no se mencionen sus perspectivas de futuro, se supone que su futuro será casarse y formar una familia. Y por otro lado tenemos a Cynthia, hija de una viuda que tuvo que convertirse en institutriz tras la muerte de su marido (un clérigo de buena familia). El enfoque de la señora Kirkpatrick con respecto a la educación de su hija ha de ser, obligatoriamente, diferente al del señor Gibson, porque esta mujer, al tener que ganarse su sustento, no podía dejar a un azar romántico el futuro de su hija. Así que la señora Kirkpatrick, como mujer práctica y realista, educa a su hija en internados, hasta que la envía finalmente a Francia para sus estudios de institutriz. De esa forma, a la misma edad, Molly y Cynthia tienen un recorrido totalmente distinto. La primera no ha salido de su pequeña localidad, se ha criado en su casa, rodeada del amor de su padre, de las amistades de su madre... y es una muchacha bondadosa, feliz y con unos grandes valores morales. Y Cynthia se ha criado lejos siempre de su madre, sin haber recibido nunca mucho cariño, valiéndose por si misma lejos de cualquier apoyo familiar. Es una muchacha que se ha movido en ambientes sociales más "complejos" que Molly y controla el arte del cortejo, de saber gustar y resultar siempre encantadora, pero, al no haber recibido ningún tipo de cariño, tampoco es capaz de sentir un afecto sincero y real por nadie (excepto el que sentirá por Molly y el Señor Gibson). Molly es sincera y leal en sus afectos pero Cynthia es interesada y voluble. Pero por favor no me entiendan mal, a pesar de sus faltas, Cynthia no es mala. Puede que resulte a veces muy superficial y frívola, que coquetee y juegue con los sentimientos de más de un muchacho, y puede también que utilice la buena voluntad de la gente en su beneficio, pero no es mala. Cynthia, a pesar de sus defectos, tiene también muchas virtudes, sobre todo que en el fondo tiene muy buen corazón y su sincero cariño por Molly y el señor Gibson. Ella, que se conoce a sí misma muy bien, ya nos dice en la novela: "[...] no me considero malvada, pero tampoco virtuosa."

Sé que mucha gente que lea la novela no va a compartir la siguiente opinión, pero me ha encantado el enfoque que tiene Gaskell con respecto a la señora Kirkpatrick, futura señora Gibson. Creedme, es un personaje insufrible, tanto que a veces dan ganas de echarle las manos al cuello (!), pero aún así, me ha acabado gustando. Creo que de todos los personajes de la novela, éste es el que tiene más matices y donde Gaskell realmente se lo ha pasado bien, donde más ha afilado su ironía y su sentido del humor. Le ha dado defectos - muchos - , pero también le ha dado alguna que otra virtud. La futura señora Gibson es la guindilla de la novela, pica (y mucho!), pero también le aporta sabor a la trama. Dándole, como le da, una importancia tremenda a las apariencias no llegamos a saber cómo es realmente hasta que no la encontramos en la intimidad de su casa. Para la familia Cumnor, para la que ha trabajado como institutriz muchos años, que la aprecian y la invitan con frecuencia, es servicial y sumisa. Pero en su interior es algo arrogante, engreída, muy egoista, vanidosa, interesada, y egocéntrica. Pero eso sí, todo con mucha educación. Nunca la veremos salirse de tono. Ante problemas ajenos pondrá una cara de pena que llegará al suelo y la veremos decir más de una vez: "siempre he sido sensible", pero después cambiará de tema y preguntará por ropa o visitas sociales. En cualquier conversación siempre sacará a colación sus buenas relaciones con la familia Cumnor, o hablará de sus parientes ricos en Londres. Adoptará un aire ceremonioso y sofisticado en su nuevo hogar, con Molly y el señor Gibson, y con unas criadas que tendrán que acostumbrarse a una nueva forma - más elegante - de llevar la casa. Es, al principio, muy exasperante, pero al final nos resultará hasta simpática. Congeniar todos esos defectos y al mismo tiempo que no resulte una madrastra malvada es una de las genialidades de Gaskell. La autora utiliza todo su sentido del humor para presentar a un personaje con muchos defectos, pero también con alguna cosa buena: el intento de ser una buena madre para Molly, su sentido de la justicia, etc. A mí la señora Gibson, muy alejada del prototipo de personajes que nos gustan en las novelas, me ha resultado hasta simpática.¿Y cuando se pone melodramática? oh, pero si es que dan ganas de achucharla!

Entre las amistades de los Gibson están los Hamley de Hamley, una antiquísima familia de terratenientes. La familia está formada por el hidalgo señor Hamley, su mujer y sus dos hijos, Osborne y Roger. Roger es, junto con Molly, el otro protagonista de nuestra historia.

También de la familia Hamley se podría decir mucho, todo bueno, eso sí. Los momentos más emotivos y más emocionantes (de esos con la lagrimilla al borde del ojo) vienen por parte de esa familia. Más de una lágrima se me ha saltado leyendo sobre algunos momentos de la familia Hamley. La personalidad de esta familia también es muy interesante, sobre todo - creo - en lo relacionado con Osborne, el primogénito. Roger, nuestro protagonista, es un personaje sencillo, noble, bondadoso, leal y práctico. Tiene, de verdad, todas las virtudes.  Le interesan sobre todas las cosas la naturaleza, la vida animal y las ciencias. Y permanece buena parte de la novela en África. Osborne, el primogénito y heredero de la propiedad, no tiene el carácter práctico de su hermano, y tiene algo de poeta y de filósofo. Es un personaje al que le vemos disfrutar hablando con la gente, es sociable, muy inteligente y educado, y tiene un alma sensible. Elizabeth Gaskell nos presenta a un primogénito que, con todas las posibilidades a su alcance, lo único de lo que no es dueño es de su porvenir. Las expectativas de su familia chocan con sus deseos para su vida, y el resultado será un sufrimiento interior del que no seremos indiferentes.

Llegamos al final de la novela. Hemos visto a Molly Gibson con su nueva madastra y una nueva hermana. Hemos conocido a Roger y a Osborne, y también hemos sabido de todas sus vicisitudes, dudas y altibajos. Y, cuando sólo faltaba un único capítulo, también hemos comprobado - con tristeza - que los autores son de carne y hueso. Porque esta última novela de Elizabeth Gaskell es una novela inconclusa. Y nos apena - profundamente - que tanto trabajo, tanta dedicación, y tantísimo talento, no pudieron llegar a poner el punto y final. Elizabeth Gaskell murió - a los 55 años - dejándonos clarísimo que Molly Gibson y Roger Hamley se querían y serían felices por siempre, pero no pudo, lamentablemente, contárnoslo ella.

Me reitero en lo dicho, no se puede contar en una reseña todo lo que ofrece Gaskell. Quedan personajes, como Mr Preston, o las entrañables hermanas Browning, o la familia Cumnor. Quedaría por mencionar la vida social de Hollingford, que se nos parece en cierta manera a la de "Cranford"... todavía queda tanto qué decir...

No voy a decir que esta novela es imprescindible, porque corta me quedo con esa palabra. Leer esta novela es, de verdad, una bendición.

Otras novelas de la autora:
- Vida de Charlotte Brönte
- Norte y Sur
- La mujer gris. 

lunes, 15 de febrero de 2016

Infancia en Berlín hacia 1900 - Walter Benjamin




Terminaba Proust Por el camino de Swann con esta maravillosa frase:

"[...]recordar una determinada imagen no es sino echar de menos un determinado instante, y las casas, los caminos, los paseos, desgraciadamente son tan fugitivos como los años." 


Walter Benjamin, que por cierto también era un gran admirador de la obra de Marcel Proust, escribió Infancia en Berlín hacia 1900 estando lejos de su tierra. Habiendo sido muy crítico con Hitler, Walter Benjamin, filósofo judío y de izquierdas, decidió irse de Alemania antes de que Hitler llegara al poder. Vivió en España, pero luego se estableció en París, aunque tendría que abandonar la capital francesa debido a la ocupación nazi. En Portbou, pueblo español fronterizo, se suicida en 1940, después de que la policía española retuviera al grupo en el que viajaba y ante el miedo de ser deportado de nuevo a un París ocupado por el nazismo. Tenía 48 años.

De un hombre exiliado, lejos del ambiente donde creció, y sabedor de que no volvería a pisar nunca su tierra surgen estos nostálgicos recuerdos de infancia. Como Proust, aunque con un estilo literario distinto, rememora detalles y recuerdos de su niñez. A veces nos habla de sonidos, como en "El teléfono", donde recuerda el terrible sonido del teléfono de principios de siglo, ubicado en lo más lejano del pasillo. En otros de estos breves textos nos lleva a pasear por su ciudad, como el "Tiergarten" o "El mercado de la Plaza de Magdeburgo", o al zoo, donde nos habla de lo que le gustaba observar a "La Nutria". Nos habla también de los goces infantiles, como la extraña maquina de "Panorama Imperial", donde iba viendo las postales/diapositivas de otros lugares, o cuando iba a la "Caza de mariposas", en el jardín del Brauhausberg.
Panorama Imperial. Imagen perteneciente a Wikimedia Commons. 
Nos presenta a su tía Lehmann, que vivía en "Calle de Steglitz, esquina a Genthin" y también a su abuela, que era una gran viajera y que vivía en la calle "Blumeshof 12". Y nos deja entrar, en "Veladas", uno de los textos que más me han gustado por cierto, a la preparación de una de las cenas que sus padres organizaban en casa.

A mí me ha parecido un libro precioso. Una forma hermosa no sólo de recordar el pasado, sino de dejarlo escrito. Una forma de decirle al mundo que se ha sido niño y que todavía se recuerdan, y siguen siendo importantes, esos sencillos momentos que conforman la infancia. Y también es una bonita dedicatoria a una ciudad como Berlín, antes de la Guerra.

Destaco sobre todo dos citas, la primera extraída del texto "Mummerehlen" y la segunda de "Juego de letras":
"¿Qué es lo que oigo? No escucho el ruido de los cañones, ni la música de Offenbach, ni tampoco el silbido de las sirenas de las fábricas, ni los gritos que a mediodía resuenan por la Bolsa, ni siquiera el ruido acompasado de los caballos en los adoquines, ni la música de las marchas militares del cambio de la guardia. No, lo que escucho es el breve estruendo de la antracita que de un cubo de hojalata va cayendo en la estufa de hierro; es el chasquido sordo con que la llama de la mecha de gas se enciende y el tintineo de los globos de la lámpara sobre las llantas de latón cuando pasa un carruaje por la calle. Había también otros ruidos, como el chacolotear de la cesta con las llaves, los dos timbres, el de la escalera principal y el de servicio, y, por último, había también el breve verso que decía: Te voy a contar algo de la «Mummerehlen».
El pequeño verso está deformado; sin embargo, en él cabe todo el mundo desfigurado de la infancia.

***
 Jamás podremos rescatar del todo lo que olvidamos. Quizás esté bien así. El choque que produciría recuperarlo sería tan destructor que al instante deberíamos dejar de comprender nuestra nostalgia. De otra manera la comprendemos, y tanto mejor, cuanto más profundo yace en nosotros lo olvidado 

jueves, 28 de enero de 2016

Santuario - Edith Wharton



Edith Wharton es una magnífica escritora psicológica. Leyéndola, puede dar la impresión de que el argumento de la historia es el realidad el trasfondo, y que el verdadero objeto de la novela es la vida interior de sus personajes, sus motivaciones, sus ideas, su moralidad. Y a mí este tipo de literatura me gusta mucho, esa que explora el interior de los personajes.

De Edith Wharton me he leído varias novelas y, aunque no todas me han gustado tanto como La edad de la inocencia, siempre he sentido que tenían mucho que aportar. Recuerdo ahora mismo un club de lectura - en el que tuve la suerte de participar - donde leímos La solterona y fue algo apoteósico. Cómo de un libro tan corto pudimos desentrañar tanto y comprender tanto a los personajes es algo que no me explico. Y es que Edith Wharton es muy sutil, pero muy certera. Y a poco que uno esté atento puede sacarle mucho jugo a sus historias. Es cierto que Santuario está escrita en los orígenes de lo que llegaría a ser Edith Wharton como escritora, y también creo que no es la novela que yo recomendaría como primera incursión en esta autora, pero he de decir que resulta muy interesante su lectura porque uno puede ver qué le interesaba/preocupaba a la autora en esa época. La base central donde se construye Santuario es sobre si el comportamiento moral de un hombre depende más de su herencia genética o de su educación.

Kate Orme, personaje del que Edith Wharton hace de la novela su análisis psicológico, descubre que su prometido ha cometido una injusticia, con unas consecuencias terribles, sólo para su propio beneficio económico y personal. Kate, una joven de clase alta, habiendo sido criada en una burbuja y ajena a cualquier tipo de problema mundano, no es tan débil como nos podría parecer una persona a la que han protegido tan en exceso, y demuestra unos altos valores morales. Su vida matrimonial es irrelevante para la historia, y de hecho Edith Wharton no menciona ningún dato de su vida de casada. A los siete años de casada se convierte en viuda y así pasamos a la segunda parte de la historia y, quizás, la más importante, porque es aquí donde se plantea cuánto de nuestra genética y cuánto de nuestra educación influye en nuestras decisiones. Kate Orme, creyendo que su hijo llevaba en la sangre los vicios de su padre, dedica su vida a la educación de su hijo y a la vigilancia de su moral. Y he aquí que ante este chico, ya convertido en un joven arquitecto, se le aparece una importante oportunidad de la que depende en buena medida su nueva carrera profesional. Su madre, siempre atenta al comportamiento de su hijo, vive pendiente y en un sinvivir de la decisión de su hijo, decisión de la que dependerá su éxito profesional. Si incurre en un engaño y gana el proyecto - tendría un mayor peso su herencia genética - o bien si se comporta de una forma respetable, tal como espera, con gran incertidumbre, su madre. Y así nosotros, porque hasta la última página no sabremos cual será el vencedor de esta lucha entre lo que está bien y lo que no lo está.

Santuario es una novela muy interesante. Quizás no sea de las mejores novelas de la autora, pero tiene también mucho que decirnos. No es una novela para los que gusten de mucho movimiento, eso es cierto, porque Santuario es más bien una novela de introspección, pero para los que gusten de este tipo de literatura Santuario es una buena opción.

Y para ver qué solución le da Wharton finalmente a ese dilema no hay cosa mejor que leerlo :)