viernes, 27 de febrero de 2015

Norte y Sur - Elizabeth Gaskell



Recomendadísima!

Norte y Sur es una de esas novelas que ofrecen mucho más de lo que pueda contar cualquier reseña. Elizabeth Gaskell me hace recordar - de lejos - a un Henry James dispuesto a explicarlos las diferencias entre el carácter americano y el europeo, aunque en el caso de Gaskell, no por centrarse estas diferencias en el mismo país éstas son más sutiles. Del norte al sur de Inglaterra ¡hay un mundo!

Nuestra protagonista, Margaret Hale, criada en Londres por su tía, vuelve a su pueblo natal tras la boda de su prima Edith. Pero su estancia en su tan venerado Hellstone no durará mucho. Su padre decide que la familia debe trasladarse a Milton, una ciudad industrial del norte de Inglaterra, tras su decisión de dejar de pertenecer a la Iglesia de Inglaterra, de la que era párroco. La adaptación a la diferente vida del norte no sólo es una parte importante de la novela. Elizabeth Gaskell ejemplifica en Milton (basado en Manchester) la vida de una ciudad industrial, el duro comienzo de los sindicatos, los inicios y consecuencias de las huelgas. El ritmo de vida en el norte y en el sur es diferente, pero también sus costumbres, sus formas de relacionarse y la percepción de lo que es la vida. Esto no hace más que complicar la historia de amor que encierra esta novela, una historia que no es como un paisaje tranquilo y luminoso del sur, sino intenso y laborioso, como la vida misma del norte.

La conciencia de clase en la Inglaterra victoriana estaba muy presente. Hay, ya al principio de la novela, alusiones a los matrimonios fuera de su nivel social. La madre de Margaret, perteneciendo a la alta burguesía se casa por amor con un humilde párroco, y no sólo ve reducido su nivel de vida (esto es indudable), sino que también se la considera venida a menos. Es la tía de Margaret, la señora Shaw, la que se casa con un hombre mucho mayor que ella y con fortuna. Ninguna de las dos parece que fuera realmente feliz. Una se lamenta de un matrimonio sin amor y la otra se lamentaría - si le hubieran preguntado - de todas las estrecheces y economías de su día a día.
"[...] la conclusión característica de la señora Shaw cuando pensaba en la suerte de su hermana seguía siendo: «Casada por amor, ¿qué más puede desear en este mundo la queridísima Maria?». Si la señora Hale fuese sincera, podría haber contestado con una lista preparada: «Un vestido de seda gris perla, un sombrero blanco, ¡ay!, y muchísimas cosas para la boda y muchísimas más para la casa".
Elizabeth Gaskell no querrá que sus protagonistas sufran ninguna de las dos adversidades y será generosa con ellos: Margaret Hale y John Thornton se casarán por amor y disfrutarán, además, de una gran fortuna. Pero Gaskell, aunque generosa al final, no deja que este sea un romance rosa, sin carácter (¡Y cuánto se lo agradecemos!). Si la conciencia de clase está arraigada en el carácter inglés peores son los prejuicios que existen contra los comerciantes. Y en ese punto, Margaret tendrá que superar muchos de esos prejuicios porque ya sólo el mero contacto social con Mr Thornton, dueño de una de las fábricas textiles más importantes de Milton, produce en Margaret rechazo y antipatía. Este es un tema muy bien desarrollado en la novela y que hoy día nos puede parecer muy sorprendente, no sólo por ese desprecio a tenderos y comerciantes, sino porque un ex-clérigo pobre estaba mejor considerado que un comerciante enriquecido. La clave no era el dinero sino el refinamiento, la educación y la cultura. Eso sucedía en la conciencia social de la Inglaterra del sur, de donde procedía la familia Hale y donde la economía agraria era la base. En el norte, ajeno prácticamente a ese mundo latifundista y lleno a su vez de industrias y fábricas, el dinero era una seña de triunfo y respetabilidad. Hay que decir también, aludiendo a una frase que pongo a continuación, que para convertirse en párroco había que estudiar en Oxford (en el caso de Mr. Hale) o en Cambridge y que ésto se lo podían costear gente que por ejemplo perteneciera a la nobleza, esos hijos segundones que no heredarían nada de la propiedad familiar, por lo que a los curas también se les consideraba caballeros. Esta es una razón para que en el sur un humilde párroco fuera mucho más respetado que un comerciante local enriquecido. La frase de la que hablo es la siguiente:
-¡Profesor particular! -exclamó Margaret con aire displicente-. ¿Para qué van a querer los industriales a los clásicos o la literatura o los conocimientos de un caballero?
Otro de los temás, y el más importante, es el tratamiento sobre la sociedad industrial. La ciudad de Milton se perfila como una ciudad llena de humo, de calles sucias, de una mano de obra embrutecida y agotada. Los escasos salarios obligan a que las familias (en su mayoría numerosas) necesiten que sus hijos, desde muy pequeños, entren como trabajadores en las fábricas ya sólamente para lograr subsistir. La vida que se describe en la familia de Mr. Higgins y sobre todo en la de Mr Boucher son pequeños ejemplos de toda aquella miseria. Margaret y Bessy Higgins reflejan dos mundos completamente opuestos aún a pesar de tener, más o menos, la misma edad. Esta relación de amistad es una parte muy emotiva de la historia. Esa dulce y bondadosa Bessy, soñando con el cielo azul y los maravillosos paisajes que Margaret le describe del sur, de su maravilloso y amado Hellstone.

A través de los ojos de Margaret vemos las diferentes percepciones sobre la sociedad industrial, sobre los recién nacidos sindicatos y sobre las huelgas. Es muy interesante la comparación que hace Margaret, procedente de una sociedad principalmente agrícola y alejada de todos los problemas de la industrialización, de "la tiranía del patrón" y de la "tiranía del sindicato". Es cierto que los industriales explotan por un mísero salario a hombres, mujeres y niños, pero el sindicato también llega a comportamientos tiránicos, marginando de forma cruel a aquellos hombres que regresan a sus trabajos (aún a pesar de la huelga) por la necesidad de llevar alimento a hijos hambrientos e incluso, algunas veces, moribundos. Las conversaciones de Margaret y el señor Higgins son una de las partes más interesantes de la novela.

Se podría decir muchísimo más de Norte y Sur. Es una novela de la que creo que cualquier reseña siempre se quedaría corta. Hay una maravillosa historia de amor entre Margaret Hale y John Thornton, no una historia edulcorada (como muchos piensan que suelen ser las historias de amor). Gaskell escribe una historia elegante, bien contada, una historia entre dos personas que deben superar muchos prejuicios para encontrarse y conocerse realmente. Norte y Sur vale muchísimo la pena.

Por cierto que existe una adaptación de la BBC en cuatro capítulos que complementa muchísimo la novela. Es cierto que se toman algunas concesiones y se hacen algunos cambios, supongo que para contar mejor la historia, pero esas concesiones se perdonan fácilmente porque esta miniserie es una verdadera joya! Si vais a la página de IMDB veréis que más de 15300 usuarios la han valorado con un 9. Es una de esas maravillas que nos ofrece la televisión inglesa. Hay que verla!

Otras novelas de la autora:
- Vida de Charlotte Brönte
- Hijas y esposas
- La mujer gris.

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