martes, 22 de septiembre de 2015

El festín de Babette - Isak Dinesen



El festín de Babette es uno de esos libros que dejan un gusto delicioso en la boca.

Isak Dinesen escribió El festín de Babette en la década de 1940. No he podido encontrar una información más concreta, así que mi curiosidad de a qué edad escribe el autor cada obra va a ser, en este caso, difícil de satisfacer. De una forma (muy) imprecisa, diremos que Isak Dinesen escribió El festín de Babette en cualquier momento entre sus 55 y sus 65 años. En ese amplio margen me quedaré por el momento.

El festín de Babette, con una inmejorable adaptación al cine (Gabriel Axel, 1987), es una historia preciosa. Las hermanas Martine y Philippa, hijas de un pastor luterano, viven en Berlevaag, en el norte de Noruega. Son mujeres sencillas que llevan una vida austera. No desean nada más que lo poco que tienen e, incluso eso, lo dan con generosidad. Un día, una mujer francesa llega hasta su puerta huyendo de la Comuna de París (1871). Sabiendo que lo ha perdido todo acogen a la extranjera, que se ofrece a trabajar para ellas a cambio de un techo y de la manutención. Babette se convertirá, de una forma silenciosa, en un pilar importante de la comunidad.

Isak Dinesen nos cuenta una bella historia: la de cómo una rígida comunidad religiosa, con sus estrictas normas y severos preceptos, consigue disfrutar - aún a muy pesar suyo - de las sensaciones y sabores de una auténtica cena francesa. Babette, después de cocinar durante 14 años bacalao y sopa de pan con cerveza en el pequeño pueblo de Berlevaag, dedicará toda su energía, talento y una gran cantidad de dinero en volver a reproducir una de tantas cenas como las que ella misma preparaba como chef en el Café Anglais de París, el mismo restaurante al que acudieron príncipes y condes, políticos y autores (tales como Proust, Zola o Balzac).

Isak Dinesen reconcilia así dos formas diferentes de vida: la austeridad religiosa y la abundancia (y la sensualidad) en la comida. Pensemos que, los que se sentaron a la mesa con intención de no disfrutar de la comida, acabaron divirtiéndose como nunca antes y que se rieron, se perdonaron, se hablaron con toda la bondad de su corazón, eso sí, ante los deliciosos y abundantes platos de Babette. Una delicia!

lunes, 13 de julio de 2015

Nobles y rebeldes - Jessica Mitford



Jessica Mitford escribió Nobles y rebeldes cuando tenía 43 años, en 1960. La sexta hija del barón de Redesdale escribe aquí parte de sus memorias de juventud: su vida en Inglaterra, el nacimiento de sus ideas de izquierdas, su escapada a España con su primo segundo Esmond Romilly (sobrino de Winston Churchill) en plena Guerra Civil y su viaje a los Estados Unidos.

Las hermanas Mitford serían para cualquier padre un quebradero de cabeza. Todas ellas fueron mujeres de carácter a las que poco les importaron las convenciones sociales o las tradiciones de su clase. Estas seis mujeres se criaron algo aisladas del mundo, en el campo, en la casa familiar llamada Swinbrook House y poco apreciaron sus viajes al "continente", estancias en Londres o en Escocia... ellas, más concretamente Jessica Mitford, recuerdan aquella etapa como la más aburrida de su vida, sin ningún estímulo externo, lejos del contacto con otros niños y bajo la vigilancia de la institutriz. Todas, a su manera, quisieron salir al mundo y vivir intensamente y, mejor o peor, así lo hicieron.

Jessica Mitford

La madre sufridora
Jessica Mitford habla en Nobles y rebeldes de sí misma, pero también hace un análisis de su familia, de su clase social y de la situación política de su época. Exceptuando Pamela y Deborah Mitford (futura Duquesa de Devonshire), el resto de las hermanas no hicieron la vida fácil a sus padres. Llevo días pensando en cómo enfocar esta autobiografía. Está escrita con mucho humor inglés y hay partes bastante divertidas, yo la recomiendo, pero ésta es la segunda vez que leo algo sobre la vida de las Mitford y las dos veces he tenido presente a esos padres sufridores: Diana se divorciaría (piénsese en la época), se casaría después con el creador de la Unión Británica de Fascistas, Sir Oswald Mosley, y acabaría en la cárcel. Unity se convertiría en una fanática del nazismo, conseguiría formar parte del círculo de Hitler y se pegaría un tiro en la cabeza cuando Inglaterra le declara la guerra a Alemania. Ese tiro en la cabeza, del que sobreviviría, le dejaría secuelas físicas y mentales. Su madre, no sólo se tuvo que enfrentar a que una de sus hijas intentara suicidarse sino que además la cuidaría hasta su muerte, a los 34 años. Jessica, la comunista, preferiría fugarse con Esmond Romilly al centro de una guerra (la española) antes que disfrutar de un crucero por el mundo que le había organizado su madre. Se casaría, tendría una niña - que moriría siendo un bebé - y después se iría a vivir la gran aventura americana. Y el único hijo varón, Thomas Mitford, moriría en la Segunda Guerra Mundial.

Lord y Lady Redesdale no tuvieron muchos momentos de felicidad, me temo.

Jessica Mitford y Esmond Romilly hacían la pareja perfecta de ovejas negras (o de ovejas rojas). Se rebelaron contra su familia y contra todo lo que representaba su clase social. Eran niños bien que quisieron desclasarse. Eran rebeldes, de izquierdas, comunistas, luchaban contra la autoridad y contra las normas, y contra su propia herencia de clase. Se quisieron meter en todos los embrollos posibles, y no dudaron en fugarse a España en plena guerra civil (uno como periodista y la otra como su ayudante), y después irse a "hacer las Américas" en un coche de segunda mano y con el dinero contado. Trabajaron como camarero, dependienta, vendedor de puerta a puerta... todo muy alejado de su nivel social, y todo lo vivieron como si fuera una aventura, con un optimismo y una seguridad extraordinarias. Conocieron a todo tipo de gente a lo largo de América y les pasaron las más divertidas anécdotas. No todo fue de color de rosa, también tuvieron sus momentos amargos (la pérdida de su bebé, el intento de suicidio de Unity), pero Jessica Mitford, aún a pesar de dejarnos ver su dolor sabe seguir adelante en todos los sentidos.

Decía Milosz Czeslaw en La mente cautiva algo así como que "podríamos haber deseado que nuestra vida hubiera tenido menos emociones" (no recuerdo la frase literal). Pero resume muy bien la locura de aquella época. Jessica Mitford va analizando las sensaciones que se vivían en aquella etapa, donde recibían las noticias a través de la radio y periódicos a miles de km de Inglaterra. Nada se sabía de lo que iba a hacer Francia o Inglaterra, si luchar contra el fascismo o si unirse a Alemania para luchar contra la URSS, pero llegó la sorpresa inesperada, en 1939, del Tratado de no agresión entre Alemania y la URSS. Alemania después invadiría Polonia y allí empezó todo. Inglaterra le declararía la guerra a Alemania (también Francia), Unity se pegaría un tiro y Esmond se uniría al ejército canadiense para luchar en la guerra contra el fascismo.

Nobles y rebeldes es un libro muy entretenido, bastante recomendable. Jessica Mitford vivió intensamente cada momento de su juventud. Se involucró en lo que creía y nunca se puso límites.
Habla de su época, de su vida, de su familia, de su estrechísima relación con Unity y después de su distanciamiento, de sus emociones y de todas sus aventuras, que no fueron pocas. Muy recomendable.

Como curiosidad, totalmente ajena a la temática del libro, me gustaría comentar la impresión que tienen Esmond y Jessica sobre las diferencias entre el carácter americano y el europeo (concretamente el inglés) que me ha hecho recordar a Henry James. Un siglo de diferencia hay entre las dos obras (Nobles y rebeldes, y Los europeos), pero la percepción sobre esa diferencia de carácter es exactamente la misma. Henry James es americano, y Jessica Mitford es inglesa, pero ambos parece que conocieron muy bien a sus congéneres. Aquí dejo una cita de Jessica Mitford:
Después de la encantadora y simplona inocencia de los estadounidenses, ha sido fascinante volver a las sutilezas y las bajezas de muchas de las personas que conocemos aquí en Inglaterra, donde un comentario no significa exactamente lo que parece, sino que más bien es una puñalada trapera.
Jessica Mitford pone en palabras lo que insinuaba Henry James.

domingo, 28 de junio de 2015

Los papeles de Aspern - Henry James



Los papeles de Aspern es, junto a Otra vuelta de tuerca, uno de los relatos más conocidos y valorados de Henry James.

Henry James escribió esta novela corta, publicada por entregas en la revista The Atlantic Monthly, en 1888, cuando tenía 45 años. La historia recrea un hecho real: el capitán  Edward Augustus Silsbee, enamorado de la obra de Percy Shelley, viaja a Florencia con la intención de conseguir que, la que se dice que fue amante del poeta, Claire Clairmont, le permita leer su correspondencia. Clairmont, ya muy mayor, moriría durante esa visita y su sobrina propone a Mr Augustus una curiosa proposición: las cartas a cambio de que se case con ella. El trato no debió convencer al americano, que saldrá de Italia sin haber visto ni una de las cartas de Shelley.

Esta singular historia es el origen de Los papeles de Aspern, donde un estudioso de la obra del poeta americano Jeffrey Aspern llega a Venecia para intentar conseguir las cartas que todavía se supone que conserva su antigua amante, Juliana Bordereau. Juliana es ya una anciana en sus últimos días y la última de los amigos del poeta con vida. El narrador cambia su nombre, miente para que le alquilen varias habitaciones en el palazzo y además le hace la corte a la sobrina para ganársela. La historia de Henry James no varía mucho de la anécdota real. Juliana vive con su sobrina, muere durante la estancia del narrador y la sobrina hace la misma proposición que recibió el capitán Augustus Silsbee tiempo antes. No diré si Henry James cambia el final de la historia original, eso tendrás que comprobarlo tú, lector. No más (grandes) spoilers por hoy.

La novela no parece que nos ofrezca grandes cosas, pero es interesante en algún aspecto. Henry James fue uno de tantos escritores obsesionados con su privacidad. Destruyó buena parte de su correspondencia y pidió lo mismo a sus amigos. Lo mismo hizo Proust, que llegó a consultar a un abogado si podía exigir la destrucción de las cartas que había enviado (no, no podía, las cartas una vez enviadas dejaban de ser de su propiedad). La hermana de Jane Austen quemó una enorme cantidad de las cartas de su hermana. Emily Dickinson, Kafka... Muchos fueron los que pidieron lo mismo. Henry James con esta novela habla de la obsesión por conocer la vida privada de los autores, esa parte íntima y ajena a su obra, y la preocupación del autor porque su intimidad, sus frivolidades, sentimientos o miserias fueran leídos por desconocidos a lo largo y ancho del mundo. ¿Os los podéis imaginar? Como lectora de cartas, diarios y biografías me siento ahora como lectora de mercancía robada. Entono un mea culpa.

Aunque la novela tiene alguna cosa interesante y nos hace reflexionar más de una vez, no la consideraría una gran novela. Está bien como entretenimiento, pero no ofrece mucho más.

viernes, 20 de marzo de 2015

El resplandor - Stephen King


Era Jack, pero no era Jack. En sus ojos brillaba un resplandor vacío y asesino; en la boca familiar había ahora una mueca temblorosa, sin alegría.
Este es el significado del resplandor, que sólo menciona Stephen King esa vez en la novela.

Esto forma parte de un reto literario: leer - entre otras muchas cosas - una novela de miedo. Siempre que pienso en novela de terror me viene a la cabeza la adaptación de Kubrick con Jack Nicholson que, con mirada de loco y enseñando una brillante dentadura, busca cómo matar a su familia. Y pensé que sería todo un reto leer la novela.

Sin haber visto la película - ni ganas tengo - y sabiendo la cantidad de seguidores que tiene, creo que este es un caso (raro) de que la película mejora a la novela, por mucho que a Stephen King le rechinen los dientes con la versión de Kubrick. Y digo esto porque El resplandor me ha parecido un resplandor con muy poca llama.

Igual es que mi problema fueron las expectativas. Sin ser una lectora de este género y pensando en lo famosa que es esta novela, imaginé que su lectura me traería pesadillas durante meses, que necesitaría una terapia para recuperar la cordura, algo así. Y lo que me encontré fue una novela larga larguísima, que parecía interminable, con largas descripciones, larguísimas conversaciones, con mucho de literario y poco de terrorífico. Tienes que esperar hasta la mitad de la tercera parte para que Stephen King se decida a medio introducir alguna cosa que se pueda considerar de miedo, pero un miedito pequeño, insignificante. Y después tendrás que esperar hasta la quinta parte (!) para que se vaya metiendo en el tema. En mi opinión, El resplandor, no debería ser una novela de miedo porque apenas tiene momentos que lo sean. El 80% de la novela es una historia normal y corriente, bien escrita, eso sí, pero sin mucho más interés. El 20% restante es un terror bastante limitado: una habitación 217 a la que ha dado mucho bombo pero que se queda casi en nada, una mujer en una bañera que sólo le hace unos rasguños al crío, unos setos en forma de animales que cobran a veces vida, un Jack que se vuelve loco en las últimas 100 páginas y que busca cómo matar a su familia con un mazo, pero que se pasa buscándolos casi todo el rato - el momento del encuentro con su mujer, a pesar de huesos rotos y chorros de sangre no nos hacen temblar de miedo, porque ya estamos aburridos de leer páginas y páginas totalmente prescindibles y llenas de, lo que suele decir, paja.

A mí no me ha gustado nada. No es para tanto. Me sorprende mucho que se haya catalogado como una de las mejores novelas de terror. Y me reitero: si no fuera por Kubrick, aún a pesar de sus muchas libertades en la adaptación, no creo que esta novela tuviera tanta importancia.

jueves, 12 de marzo de 2015

El profesor - Charlotte Brontë



A pesar de haber sido publicada póstumamente, El profesor es la primera novela escrita por Charlotte Brontë. Se cree que fue escrita sobre el año 1845-46, cuando tenía 29 años.

No puedo decir nada en contra de la prosa. Charlotte Brontë ya llevaba años escribiendo y perfeccionándose y, es obvio que es una escritora brillante. Pero, a pesar de lo bien que está escrita la historia, en muchas de sus partes no me ha convencido.

William Crimsworth, su protagonista, nos hace un breve resumen de lo que fue su vida en una carta dirigida a un antiguo amigo de sus años de Eton. Esa carta nunca llegará a su destino y tampoco volveremos a saber nada más de ese personaje. Puede ser una forma original y curiosa de empezar una novela, es cierto que es una buena forma de introducirnos al personaje principal, pero a mí no me ha gustado. ¿Para qué dirigir una carta a un personaje que no tiene relevancia en la novela y que no volverá a aparecer?

William Crimsworth, terminados ya sus estudios, rechaza el puesto de clérigo que le ofrece uno de sus tíos maternos y decide, por rebeldía hacia sus tíos, ser industrial - esa profesión tan mal vista -, igual que su padre y que su hermano mayor. Se traslada así a la ciudad X y entra a trabajar para su hermano como escribiente. La relación con su hermano, al que hacía diez años que no veía, es mala y acaba dejando su puesto por la intervención de Mr Hunsden, un personaje nada creíble y que es lo que menos me ha gustado de la historia. Es también por mediación de este hombre como consigue un puesto de profesor en Bruselas y así nuestro William Crimsworth cambia de país y de profesión e iniciará una nueva etapa en su vida.

Mr. Hunsden (!). No he conseguido entender este personaje. En una sociedad en que las diferencias de clase estaban tan marcadas y que además, nadie hablaba con nadie sin ser anteriormente presentado, ¿cómo surge Mr Hunsden? Un personaje 5 o 6 años mayor que William, perteneciente a un "antiguo linaje" que se autopresenta a un simple escribiente y que se toma todas las libertades para opinar, juzgar e inmiscuirse en la vida de un simple subordinado (la mayor parte de las veces de una forma desconsiderada y poco agradable), que hace que le despidan y que luego le ayuda a encontrar trabajo en Bélgica, que se mete en su casa sin ser invitado y le espere sentado en un sofá como si fueran antiguos amigos... que le visite en Bruselas, que le regale un cuadro (de importancia en la novela).... todo esto habiéndose conocido hacía sólo un par de días como quien dice. Es un personaje poco real. ¿Por qué se toma tanto interés en la vida de una persona que no conoce y que no es de su mismo rango social?

William Crimsworth viajará a Bruselas y empezará a trabajar de profesor en un colegio para chicos y en otro para chicas, siendo sus directores Mr Pelet y Mme Reuter respectivamente. Teniendo en cuenta que la propia Charlotte Brontë trabajó de profesora en un internado de Bruselas, posiblemente las diferencias entre el alumnado británico y el continental sean en realidad las impresiones personales de la autora. Resulta chocante que atribuya la mala educación, la veleidad de algunas alumnas, el descaro con el que miran al protagonista (miradas nada inocentes, por cierto) no ya a una falta de educación moral sino a cuestiones religiosas. He anotado algunas frases por curiosas: "esa impureza precoz, tan evidente, tan generalizada en los países papistas", "[...]  a la que habían extraído el alma mediante brujería papista",  "Se las distinguía por una habitual expresión de hosco abatimiento, resultado de una dignidad pisoteada y de la intimidación constante de sus compañeras papistas, que las odiaban por ser inglesas y las despreciaban por herejes."

Y mientras tanto, ¿cómo eran esas compañeras inglesas que vivían entre esa recua de papistas?:
Sus características eran: atuendos limpios, pero descuidados, cabellos mal peinados (en comparación con el esmero de las extranjeras), porte erguido, figuras flexibles, manos blancas y finas, facciones más irregulares, pero también más inteligentes que las de las belgas, semblantes graves y recatados, un aspecto general de auténtico decoro y decencia; esta última circunstancia, por sí sola, me permitía distinguir de una ojeada a una hija de Albión, criada dentro del protestantismo, de la hija adoptiva de Roma, protegida de los jesuitas. 
Hay muchos más prejuicios en la novela, incluso sobre el aspecto físico:
Detrás y delante de ella había una banda de flamencas muy vulgares e inferiores por su aspecto, incluidos dos o tres ejemplos de esa deformidad física e imbecilidad intelectual cuya frecuencia en los Países Bajos parece ser prueba fehaciente de que su clima es causa de degeneración de la mente y el cuerpo. 
Sin palabras me ha dejado...

No va a ser Charlotte Brontë la única que tuviera prejuicios en su época (¡si es que además existen todavía!) y además seguramente los propios belgas tendrían mucho que decir sobre los ingleses, pero el comentario es muy "poco" amable. De todas formas, para evitar conflictos entre sus dos protagonistas hace que nuestro Mr Crimsworth se enamore de una joven encantadora, Mme Frances Evans Henri, de padre suizo y de madre inglesa. Así todos felices.

Charlotte Brontë es una muy buena escritora, tiene mucho talento, pero en esta primera novela todavía no se percibe lo que llegará a escribir, como Jane Eyre. El profesor es una novela menor. Es entretenida pero le falta algo que no sabría decir. Las conversaciones entre los dos protagonistas a veces son demasiado azucaradas, demasiado rosas. El final es pobre, literariamente hablando, porque les da a sus personajes principales fortuna y felicidad en cantidades ingentes. Aparece de nuevo nuestro Mr Hunsden, ya más calmado, que formará parte de las grandes amistades de la pareja. El final perfecto es muy imperfecto. Me ha costado terminarlo. Demasiado soso y ñoño. Sinceramente he tenido que auto-obligarme a terminar la novela.

domingo, 8 de marzo de 2015

Para leer al anochecer - Charles Dickens



Para leer al anochecer es una recopilación de relatos escritos por Dickens (aunque en uno de ellos, El fantasma en la habitación de la desposada, colaborara su amigo Wilkie Collins). No hay mucho que decir de estos relatos, son historias de fantasmas, alguna de las cuales hace pasar por reales.

Ni siquiera Dickens, con toda su genialidad, ha conseguido que me gusten las historias de fantasmas. Ha habido relatos que me han gustado (El juicio por asesinato, Los mortales en la casa), pero en general algunos me han parecido totalmente prescindibles (El letrado y el fantasma) y a otros los catalogaría de "regulares".

Si tuviera que recomendar a alguien que no ha leído nada de Dickens una de sus obras, creo que no recomendaría que empezara con esta selección de cuentos. Es entretenida, es cierto, sirve para pasar el rato - mejor o peor -, no lo niego, pero es una obra menor. Y a Dickens hay que leerlo a lo grande, en todas esas páginas que sólo puede escribir un genio. Esta recopilación de cuentos no tiene, desde luego, la indiscutible calidad de otras de sus obras.

viernes, 27 de febrero de 2015

Norte y Sur - Elizabeth Gaskell



Recomendadísima!

Norte y Sur es una de esas novelas que ofrecen mucho más de lo que pueda contar cualquier reseña. Elizabeth Gaskell me hace recordar - de lejos - a un Henry James dispuesto a explicarlos las diferencias entre el carácter americano y el europeo, aunque en el caso de Gaskell, no por centrarse estas diferencias en el mismo país éstas son más sutiles. Del norte al sur de Inglaterra ¡hay un mundo!

Nuestra protagonista, Margaret Hale, criada en Londres por su tía, vuelve a su pueblo natal tras la boda de su prima Edith. Pero su estancia en su tan venerado Hellstone no durará mucho. Su padre decide que la familia debe trasladarse a Milton, una ciudad industrial del norte de Inglaterra, tras su decisión de dejar de pertenecer a la Iglesia de Inglaterra, de la que era párroco. La adaptación a la diferente vida del norte no sólo es una parte importante de la novela. Elizabeth Gaskell ejemplifica en Milton (basado en Manchester) la vida de una ciudad industrial, el duro comienzo de los sindicatos, los inicios y consecuencias de las huelgas. El ritmo de vida en el norte y en el sur es diferente, pero también sus costumbres, sus formas de relacionarse y la percepción de lo que es la vida. Esto no hace más que complicar la historia de amor que encierra esta novela, una historia que no es como un paisaje tranquilo y luminoso del sur, sino intenso y laborioso, como la vida misma del norte.

La conciencia de clase en la Inglaterra victoriana estaba muy presente. Hay, ya al principio de la novela, alusiones a los matrimonios fuera de su nivel social. La madre de Margaret, perteneciendo a la alta burguesía se casa por amor con un humilde párroco, y no sólo ve reducido su nivel de vida (esto es indudable), sino que también se la considera venida a menos. Es la tía de Margaret, la señora Shaw, la que se casa con un hombre mucho mayor que ella y con fortuna. Ninguna de las dos parece que fuera realmente feliz. Una se lamenta de un matrimonio sin amor y la otra se lamentaría - si le hubieran preguntado - de todas las estrecheces y economías de su día a día.
"[...] la conclusión característica de la señora Shaw cuando pensaba en la suerte de su hermana seguía siendo: «Casada por amor, ¿qué más puede desear en este mundo la queridísima Maria?». Si la señora Hale fuese sincera, podría haber contestado con una lista preparada: «Un vestido de seda gris perla, un sombrero blanco, ¡ay!, y muchísimas cosas para la boda y muchísimas más para la casa".
Elizabeth Gaskell no querrá que sus protagonistas sufran ninguna de las dos adversidades y será generosa con ellos: Margaret Hale y John Thornton se casarán por amor y disfrutarán, además, de una gran fortuna. Pero Gaskell, aunque generosa al final, no deja que este sea un romance rosa, sin carácter (¡Y cuánto se lo agradecemos!). Si la conciencia de clase está arraigada en el carácter inglés peores son los prejuicios que existen contra los comerciantes. Y en ese punto, Margaret tendrá que superar muchos de esos prejuicios porque ya sólo el mero contacto social con Mr Thornton, dueño de una de las fábricas textiles más importantes de Milton, produce en Margaret rechazo y antipatía. Este es un tema muy bien desarrollado en la novela y que hoy día nos puede parecer muy sorprendente, no sólo por ese desprecio a tenderos y comerciantes, sino porque un ex-clérigo pobre estaba mejor considerado que un comerciante enriquecido. La clave no era el dinero sino el refinamiento, la educación y la cultura. Eso sucedía en la conciencia social de la Inglaterra del sur, de donde procedía la familia Hale y donde la economía agraria era la base. En el norte, ajeno prácticamente a ese mundo latifundista y lleno a su vez de industrias y fábricas, el dinero era una seña de triunfo y respetabilidad. Hay que decir también, aludiendo a una frase que pongo a continuación, que para convertirse en párroco había que estudiar en Oxford (en el caso de Mr. Hale) o en Cambridge y que ésto se lo podían costear gente que por ejemplo perteneciera a la nobleza, esos hijos segundones que no heredarían nada de la propiedad familiar, por lo que a los curas también se les consideraba caballeros. Esta es una razón para que en el sur un humilde párroco fuera mucho más respetado que un comerciante local enriquecido. La frase de la que hablo es la siguiente:
-¡Profesor particular! -exclamó Margaret con aire displicente-. ¿Para qué van a querer los industriales a los clásicos o la literatura o los conocimientos de un caballero?
Otro de los temás, y el más importante, es el tratamiento sobre la sociedad industrial. La ciudad de Milton se perfila como una ciudad llena de humo, de calles sucias, de una mano de obra embrutecida y agotada. Los escasos salarios obligan a que las familias (en su mayoría numerosas) necesiten que sus hijos, desde muy pequeños, entren como trabajadores en las fábricas ya sólamente para lograr subsistir. La vida que se describe en la familia de Mr. Higgins y sobre todo en la de Mr Boucher son pequeños ejemplos de toda aquella miseria. Margaret y Bessy Higgins reflejan dos mundos completamente opuestos aún a pesar de tener, más o menos, la misma edad. Esta relación de amistad es una parte muy emotiva de la historia. Esa dulce y bondadosa Bessy, soñando con el cielo azul y los maravillosos paisajes que Margaret le describe del sur, de su maravilloso y amado Hellstone.

A través de los ojos de Margaret vemos las diferentes percepciones sobre la sociedad industrial, sobre los recién nacidos sindicatos y sobre las huelgas. Es muy interesante la comparación que hace Margaret, procedente de una sociedad principalmente agrícola y alejada de todos los problemas de la industrialización, de "la tiranía del patrón" y de la "tiranía del sindicato". Es cierto que los industriales explotan por un mísero salario a hombres, mujeres y niños, pero el sindicato también llega a comportamientos tiránicos, marginando de forma cruel a aquellos hombres que regresan a sus trabajos (aún a pesar de la huelga) por la necesidad de llevar alimento a hijos hambrientos e incluso, algunas veces, moribundos. Las conversaciones de Margaret y el señor Higgins son una de las partes más interesantes de la novela.

Se podría decir muchísimo más de Norte y Sur. Es una novela de la que creo que cualquier reseña siempre se quedaría corta. Hay una maravillosa historia de amor entre Margaret Hale y John Thornton, no una historia edulcorada (como muchos piensan que suelen ser las historias de amor). Gaskell escribe una historia elegante, bien contada, una historia entre dos personas que deben superar muchos prejuicios para encontrarse y conocerse realmente. Norte y Sur vale muchísimo la pena.

Por cierto que existe una adaptación de la BBC en cuatro capítulos que complementa muchísimo la novela. Es cierto que se toman algunas concesiones y se hacen algunos cambios, supongo que para contar mejor la historia, pero esas concesiones se perdonan fácilmente porque esta miniserie es una verdadera joya! Si vais a la página de IMDB veréis que más de 15300 usuarios la han valorado con un 9. Es una de esas maravillas que nos ofrece la televisión inglesa. Hay que verla!

Otras novelas de la autora:
- Vida de Charlotte Brönte
- Hijas y esposas
- La mujer gris.

miércoles, 25 de febrero de 2015

El cuento de Navidad de Auggie Wren - Paul Auster



Hay mucho de decepcionante en esta novelilla (se lee en 15 minutos) de Paul Auster. Me he sentido como si el gran pastel navideño fuera de cartón piedra. Así me ha dejado.

Paul Auster quiso dejar a un lado las historias típicas navideñas ("evocación de espantosas efusiones de hipócrita sensiblería y melaza") y salirse de la norma, pero entre las historias más pastelosas o lacrimógenas de la navidad y el resultado de este cuento de navidad neoyorquino hay un camino. Con la intención de alejarse de todo lo que él odia de la navidad ha creado - en mi opinión - algo que podría haberse llamado "El cuento de semana santa de Auggie Wren" o "El cuento de Pascua de Auggie Wren" etc, porque si él mismo hubiera omitido la palabra "navidad" el cuento podría haberse trasladado a cualquier época del año. Eso no me ha gustado, lo siento.

Sin embargo, digo que "hay mucho de decepcionante en esta novelilla" porque Auggie Wren podría haber sido una novela fantástica (siempre desde mi punto de vista). Sé que su origen se debe a un encargo del New York Times y que existiría un espacio limitado, pero la narración me da buenas perspectivas y al final me deja sin nada. Lamento que las dos historias que claramente se identifican - aunque sea el mismo el protagonista - no se hayan desarrollado por separado. La historia de Auggie Wren fotografiando cada día, y a la misma hora, durante 12 años la misma esquina en Nueva York intentando fotografiar el tiempo, me ha parecido de lo más original e interesante. "—Vas demasiado deprisa. Nunca lo entenderás si no vas más despacio" le dice Mr Wren a un Paul Auster que pasaba las páginas de los 12 álbumes sin entender muy bien qué movía a su compañero a ese extraño ritual. Y así, tomándose su tiempo, es como Paul Auster, el narrador, descubre en esa serie de fotografías el paso de las estaciones, la intensidad del tráfico entre semana... pero también descubre que va reconociendo las mismas caras dirigiéndose al trabajo, sus estados de ánimo, etc, viviendo, como bien escribe Paul Auster, "un instante de sus vidas en el objetivo de la cámara de Auggie".

Esa es la primera historia que yo identifico y que se termina ahí. Y me deja con la necesidad de un mayor desarrollo. Se me queda corta, inacabada, pensando que alguien ha arrancado páginas. ¿De dónde le surge la idea a Auggie Wren de intentar captar el paso del tiempo? ¿Qué nota él en las fotos que toma? ¿En qué se fija sobre todo? ¿Ha "desaparecido" alguien de esa rutina diaria? ¿Hay alguien en concreto en el que se ha fijado? ¿Ha captado alguna conversación que añada más interés a ese momento fotografiado? .... no sé, muchas muchas preguntas me surgen de esta historia pequeña y concisa. Casi estoy por decir que me hubiera gustado que George Perec me enumerara cada detalle de las 40000 fotografías (!) a quedarme así, sin saber nada...

La otra historia (aviso que esta es una división personal) es la narración de Auggie Wren contando dónde y cómo consiguió la cámara de fotos. Una historia extraña que nos habla del robo de un par de libros de bolsillo y de un ladrón que, con mala suerte, deja caer su billetera con su documentación. Una historia que lleva a Auggie Wren a querer devolver esa billetera en navidad y de cómo la abuela ciega del ladronzuelo le confunde con su nieto. Los dos claramente saben que es mentira, pero se amoldan a sus papeles y cenan juntos. Auggie va al baño, encuentra un montón de cámaras de fotos robadas, roba una, lava los platos y se va. Y aquí termina la segunda historia. Sin mayor desarrollo. ¿Qué sienten los dos para aceptar esa mentira? ¿De qué hablan? ¿Cómo es el abrazo de esa mujer que necesita abrazar realmente a su nieto pero abraza a un impostor? ¿Cómo acepta la invitación a cenar y luego le roba? No sé... también este pedazo de historia se me ha quedado inacabada. 

No sé si es porque a mí me gustan los libros descriptivos o es que Paul Auster generalmente no describe nada, pero la impresión que me ha dejado es que podría haber sido una historia genial si se hubiera parado más en los detalles. 

Hay una película basada en este cuento que se titula "Smoke". Intentaré conseguirla porque si una historia que se lee en 15 minutos ha dado para una película es que el director igual, con suerte, puede dar respuestas a algunas de mis preguntas. Cruzaré los dedos!

martes, 17 de febrero de 2015

J R R Tolkien. Una Biografia - Humphrey Carpenter



He leído esta biografía más por curiosidad que por admiración a Tolkien porque soy de esas extrañas personas a las que no le gusta El señor de los anillos. Las versiones en cine, sí, las he visto y me gustan, pero la novela como tal me parece muy aburrida, muy lenta, con demasiados datos.

No puedo decir que esta biografía me haya entusiasmado. Está claro que Tolkien en su vida cotidiana era una persona normal: un profesor de Oxford que dedicaba la mayor parte del tiempo a sus clases y a la investigación lingüística. Desde que era niño sintió una gran pasión por la parte estética de los idiomas: inicialmente por el francés y el español, más tarde por el galés, pero sobre por el islandés. Entre sus clases, correcciones de exámenes, conferencias, investigaciones, etc, dedicaba el poco tiempo que le quedaba a la elaboración de una mitología para Inglaterra, la creación de algunos idiomas inventados y también desarrollaba sus dotes como escritor de fantasía. No lo tuvo fácil al inicio porque sus relatos fueron rechazados por todas las editoriales a las que se los enviaba. Un día, mientras corregía exámenes, se encontró con un examen en blanco y se le ocurrió escribir: "En un agujero en el suelo vivía un hobbit". Ahí lo dejó durante años - porque uno de los defectos de Tolkien era la inconstancia - y cuando volvió a retomarlo surgió "El hobbit", una novela para un público más bien infantil. Envió el texto a la editorial George Allen & Unwin, donde uno de los dueños de la empresa, Stanley Unwin dejó el manuscrito a su hijo de 9 años, Rayner Unwin para que hiciera una reseña. El niño tuvo buen ojo y recomendó su publicación (por favor, qué cosa más tierna!). Aquí dejo el texto original:


"Bilbo Bolsón era un hobbit que vivía en su cueva de hobbit y nunca salía en busca de aventuras, hasta que el mago Gandalf y sus enanos le convencieron de que fuese. Pasó momentos emocionantes luchando contra trasgos y wargos. Por fin llega a la montaña solitaria. Smaug, el dragón que la custodia, muere, y después de una batalla con los trasgos, el hobbit vuelve a su casa ¡rico! Este libro, que tiene mapas, no necesita ilustraciones, es bueno y debería gustar a todos los chicos entre 5 y 9 años."

Qué decir tiene que "El hobbit" tuvo mucho éxito y que se pidió una continuación. Aquí entra la parte más interesante de la biografía porque explica muy bien la complejidad de la creación literaria de El señor de los anillos. Tolkien se encontró con que en realidad no podía seguir con Bilbo como protagonista porque en el El hobbit ya había dejado claro que al regresar a Hobbiton no volvería a tener más aventuras, así que tuvo que crear un personaje principal y una historia de la que no tenía claro absolutamente nada. Tolkien tuvo épocas de gran actividad y otras épocas muy largas de estar completamente estancado. Fue un libro que le costó muchísimo trabajo: la creación de los personajes, las historias, la creación de una mitología propia, la elaboración de los idiomas de los elfos, etc, incluso, para que no existiera ningún fallo, las mismas fases de la luna tenían que cuadrar perfectamente en los días de la historia, ... todo tenía que estar perfectamente desarrollado y que no hubiera lugar a contradicciones (cosa con la que estaba obsesionado). El texto final se revisó cientos de veces. Tolkien era además un perfeccionista enfermizo. La elaboración de los mapas fue un quebradero de cabeza que sólo se solucionó con la ayuda de uno de sus hijos, Christopher Tolkien, que fue un gran conocedor de la obra de su padre.

En mi opinión, la biografía de Carpenter está muy falta de documentos. Incluye algunas cartas al final de la biografía, pero gran parte de ella se echa en falta cartas personales de Tolkien, o de sus amigos, o de su familia. Alguna cosa que nos ayudara a comprender más el aspecto más personal del autor, no sólo la enumeración de fechas y datos. En ese sentido ha sido una biografía que me ha decepcionado mucho.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Vida de Charlotte Brontë - Elizabeth Gaskell



Recomendadísimo!

Tengo que reconocer que nunca he sentido predilección por las hermanas Brontë, pero desde que me leí Agnes Grey, de Anne Brontë, mi idea sobre estas hermanas cambió totalmente. He pasado de un escaso interés a un debería leérmelo todo (!)

En Agnes Grey encontré realidad, que es lo que yo más necesito en lo que leo. En esa novela puedo decir que me encontré con Anne Brontë hablándome directamente, introduciendo a un lector, amigo, en su narración. La inquilina de Wildfell Hall también me gustó, pero Agnes Grey fue, desde luego, un flechazo.

De Anne lamentablemente sabemos poco de su vida, murió joven y parece ser que muchas de sus cartas fueron destruidas, así que para conocer un poco más de la vida de estas tres muchachas empecé la maravillosa biografía que de Charlotte Brontë escribió su amiga, Elizabeth Gaskell. Y digo maravillosa porque es una biografía escrita por alguien que conocía a la persona, que se documentó ampliamente, que viajó y visitó los lugares importantes en la vida de Charlotte, que solicitó información a todos los que tuvieron que ver con ella, que tuvo acceso a infinidad de cartas (tanto de las que recibió Charlotte como de las que envió), etc. y que además organiza toda esta cantidad inmesa de datos de una forma ordenada y clara.

Yo he disfrutado muchísimo leyéndola y he descubierto mucho del alma de las Brontë, a las que, quizás por el prejuicio de la oscuridad y tragedia de Cumbres Borrascosas (Emily Brontë), imaginaba toscas, oscuras, viviendo con amargura en aquellos páramos ingleses. Elizabeth Gaskell me descubre, sin embargo, las personalidades tímidas y bondadosas de esas tres hermanas huérfanas de madre, mujeres amables y generosas, que sufrieron muchas tragedias a lo largo de su corta vida, y que dejaron entre sus amigos, vecinos y conocidos una impronta muy profunda.

Habiendo crecido prácticamente aisladas en Haworth, en Yorkshire, desarrollaron una increible imaginación para compensar, imagino, la ausencia de tantos estímulos externos. Aunque es justo decir que amaron su tierra con pasión y echaron de menos esos monótonos paisajes cuando estuvieron lejos. Supieron crear cuando eran sólo unas niñas, junto con su hermano Bradwell, reinos imaginarios, pero ya de adultas las obras que crearon tenían mucho de su realidad: en Jane Eyre la descripción del colegio era la descripción real del terrible internado para hijos de clérigos - Lowood en la novela y Cowan Bridge en la vida real - donde Charlotte y Emily estudiaron junto a sus dos hermanas mayores, Mary y Elizabeth. Muchas de las situaciones a las que enfrentó a su heroina en ese colegio fueron experiencias reales de la autora, quien perdió a sus hermanas mayores por tuberculosis debido a las malas condiciones del centro. Se sabe, además, que el bondadoso personaje de la pequeña Helen Burns, maltratada cruelmente por una de sus maestras, es el fiel reflejo de su querida hermana mayor, María, y que todas las vejaciones reflejadas en la novela fueron, lamentablemente, reales. Las hermanas Brontë escribieron dejando mucho de sí mismas en sus páginas.

La vida de Charlotte Brontë es una biografía más que recomendada. La autora llega a elaborar un completo cuadro de la vida de Charlotte, aunque no se olvida del resto de sus hermanos. Incluye descripciones de los lugares relevantes en la vida, de sus trabajos como profesora o institutriz, de su escasa pero interesante vida social. Y lo mejor de todo es que incluye una gran cantidad de cartas con lo que además nos parece que la misma Charlotte Brontë nos cuenta directamente su día a día.

La edición de la editorial Alba es, como suelen serlo, de calidad (particularmente es una editorial que me encanta), pero, siendo un libro al que yo llamaría caro he echado en falta la traducción de algunos textos escritos en francés. Creo que es un fallo difícil de perdonar y que, aunque sean pocos los textos, la traducción ha quedado incompleta. Seguro que los lectores entenderán la molestia que significa tener que saltar textos sabiendo que hay información que se nos escapa... de todas formas los textos en francés son escasos y el resto de la lectura, obviamente, merece muchísimo la pena.

Otras novelas de la autora:
Norte y Sur
- Hijas y esposas
- La mujer gris.

jueves, 29 de enero de 2015

El último día de Adolf Hitler - David Solar



Recomendadísimo.

Con el título de "El último día de Adolf Hitler", David Solar nos presenta un libro muy interesante, no sólo sobre la vida del dictador austríaco - más tarde nacionalizado alemán -, sino también sobre la época histórica que derivó en toda aquella barbarie nazi. Está contado de una forma sencilla, muy completa, con un orden cronológico muy ordenado y, además, la forma de narrarlo es muy amena (aunque el uso de este adjetivo concuerde poco con lo dramático del tema).

Este hombrecillo menudo y con pocos rasgos arios llegó a la política de una forma casual, como todo en su vida. Después de haber estado en busca y captura por no presentarse al servicio militar cuatro años seguidos (!) decidió presentarse voluntario como soldado en la Primera Guerra Mundial. Al regresar a Alemania lo contrataron para dar charlas a los que venían del frente ruso y al mismo tiempo contactaba con un grupo político del que al final llegó a ser su jefecillo y que se empezó a llamar el NSDAP, partido que llegaría a ser el único en Alemania cuando Hitler llegó al poder e ilegalizó a todos los demás. Hitler era una especie de huracán que se llevaba todo por delante: el hombre que descubrió su oratoria y le contrataba para dar conferencias a los soldados acabaría muerto en un campo de concentración, y el líder del grupo político al que Hitler se afilió (el más tarde conocido como NSDAP) terminaría en el olvido.

A Hitler, por desgracia, le acompañaría la suerte en importantes momentos de su vida. Como correo en la Primera Guerra Mundial, teniendo que cruzar las líneas enemigas para entregar mensajes, lo hirieron sólo una vez. Después, cuando dirigió el golpe de estado contra el gobierno de Babiera no le impusieron la pena de muerte - lo normal en casos de grave traición - sino sólo 5 años de prisión, siendo tratado además como un huesped de lujo. También sobreviviría a un atentado cometido por varios de sus hombres. Y no sólo le acompañaría la suerte sobreviviendo a situaciones de riesgo, sino que en su ascenso político también la suerte estuvo de su lado. El presidente del Imperio Alemán, Paul von Hindenburg, aún a pesar de no gustarle Hitler y de llegar a decir que "no le daría ni el Ministerio de Correos", se vio en la tesitura de tener que nombrarle canciller al ser el NSDAP el partido más votado en las elecciones.

El ascenso de Hitler no sólo se debió a su oratoria. Hitler llegó en un momento de grave crisis económica y de un descontento social alarmante. La Primera Guerra Mundial había terminado con el Tratado de Versalles, cuyas condiciones abusivas para con Alemania, llevó a los gobernantes alemanes a verse obligados a tener que firmar un tratado que perjudicaba gravemente a la ya destrozada Alemania para poder conseguir la paz:


"Francia recuperaba Alsacia y Lorena, perdidas en la guerra de 1870; pretendía la cesión de la Alta Silesia, la ocupación de Renania, la desmilitarización del curso alemán del Rin en toda su margen izquierda y en una profundidad de 50 km en la derecha; Polonia recibía amplios territorios poblados por alemanes y el corredor de Dantzig, que dividía Prusia Oriental, creando un sentimiento permanente de irritación; se constituían países como Checoslovaquia y Yugoslavia, preñados de problemas nacionalistas y de minorías en parte germánicas; Alemania debía admitir expresamente que era la única nación responsable del estallido de la guerra y, por tanto, se haría cargo del pago total de las reparaciones; y para que no volviera a tener tentaciones belicistas se desmilitarizaría, reduciendo sus ejércitos a 115.000 hombres, disolviendo su Estado Mayor y destruyendo toda su aviación, su artillería media y pesada, sus blindados y todo buque superior a las 10.000 toneladas; además, debía entregar a cuantos responsables de crímenes de guerra reclamaran los vencedores." (David Solar)

La Alemania de postguerra fue caótica, la crisis económica, la pobreza, la hambruna, el alto porcentaje de parados, la terrible inflación ("en febrero, un dólar se cotizaba a 16.000 marcos, en septiembre a 160 millones, en noviembre a 130.000 millones") que se vivía, etc hicieron que Hitler llegara en el momento adecuado prometiendo los milagros necesarios para llevar a Alemania otra vez a la prosperidad. Y así el discurso de Hitler se adecuó a lo que la sociedad necesitaba oir en esos momentos difíciles. Hitler obviamente no inventó el antisemitismo, pero entre sus promesas para la recuperación económica, iba señalando a la vez a los que él consideraba los máximos culpables de la situación dramática de Alemania: los judios. No inventó el antisemitismo, pero sí lo acentuó. Una parte importante de la población vio en aquel vendedor de ilusiones una forma de salir de la pobreza, de la recuperación de Alemania, alguien que prometía anular el abusivo Tratado de Versalles, alguien que lucharía contra el Comunismo y contra los culpables judíos que llevaban a Alemania a la quiebra. 

Todavía podría comentar mucho más porque he aprendido muchísimo con esta biografía de Hitler: los orígenes de la Segunda Guerra Mundial (siendo Alemania quien desafió a USA! este dato me dejó perpleja), las SA, las SS, la Gestapo, los campos de concentración (gracias a Dios que no se mete en detalles escabrosos...), el "séquito" de Hitler (Himmler, Goebbels... ) y sus finales, etc etc y finalmente la recreación de lo que ocurrió a varios metros por debajo de la tierra, en un bunquer en Berlin, el 30 de abril de 1945.

Como he dicho, muy recomendable!

domingo, 11 de enero de 2015

Agnes Grey - Anne Brontë



Leyendo a Anne Brontë una se da cuenta de lo - a veces - arbitrario de la fama, del injusto olvido de autores o de obras. Es lo habitual pensar que la criba del tiempo nos garantiza la calidad de muchos clásicos - y es ésta una buena garantía - pero me pregunto cuántos autores nos hemos dejado atrás sin merecerlo.

Anne Brontë lleva un apellido famoso, pero leyéndola creo que aún sin haber tenido el peso de ese apellido, ella misma hubiera sobrevivido a esa criba del tiempo y hubiera llegado a nuestros días. Estoy segura que la editarían y reeditarían a lo largo de países y de idiomas. Anne Brontë no necesita la fama de sus hermanas, ella misma es una gran escritora.

De las hermanas Brontë, de las dos mayores, me leí hace muchos muchos años Jane Eyre y Cumbres Borrascosas. La primera me gustó. La segunda la detesto. Pero, aunque Jane Eyre no me disgustó, tampoco en ese momento tuve interés en leer más novelas de su autora. De las tres hermanas es Anne Brontë la que me ha impresionado y de la que lamento que no haya más obras, sólo Agnes Grey y La inquilina de Wildfell Hall. Charlotte y Emily Brontë han escrito novelas, pero creo que Anne es capaz de "hablar" con el lector. Uno se sienta para leer Agnes Grey y podemos ver a la propia Anne contándonos, en primera persona, lo difícil que era para las mujeres pobres, pero cultas, ganarse el sustento, la alta probabilidad de la soltería, de no tener su propia familia, de la búsqueda de trabajo, de su vida difícil como institutriz cuidando y educando a niños caprichosos y tiranos de familias poco amables con sus empleados.

Agnes Grey está escrito en primera persona, y se cree que es una novela autobiográfica. Cualquiera que la lea no podría poner en duda que la escritora es capaz de romper la barrera del tiempo y de hablarnos cara a cara de sus penas y alegrías. Anne Brontë es una autora valiente y sincera, que tuvo como hermanas a otras dos escritoras, que trabajó como institutriz muy lejos de su familia, que protegida como lo estaba por su familia supo salir y ganarse su sustento siendo muy joven y que siendo también muy joven murió de tuberculosis dejándonos sólo - y lamentablemente sólo - dos novelas.

Agnes Grey es una novela muy recomendable. A mí me ha encantado en muchos sentidos: me ha gustado la forma de escribir de la autora, la propia historia que cuenta, conocer esa realidad de la vida de las institutrices con niños desobedientes y maleducados que las novelas omiten. Me ha gustado encontrarme una historia de amor (¡sin ñoñerias!). Aunque, si le tengo que poner un "pero" (uno muy, pero que muy, minúsculo), quizás hubiera preferido un final no tan rápido.

A Anne Brontë yo la recomendaría siempre.

miércoles, 7 de enero de 2015

El misterio de Gramercy Park - Anna K. Green



Anna Katherine Green escribió El misterio de Gramercy Park a los 51 años, en 1897. Esta autora, que empezó escribiendo poesía, llegó a publicar en su época más de 40 novelas teniendo famosos seguidores como Conan Doyle o Wilkie Collins.

En El misterio de Gramercy Park aparece por primera vez Amelia Butterworth, una soltera de mediana edad con gran habilidad para resolver misterios que aparecerá en otras dos novelas de la autora. Esta mujer curiosa presencia, en plena noche y desde una de las ventanas de su casa, cómo una pareja entra en la casa de enfrente, vacía debido a un viaje de sus dueños, y cómo pasados unos minutos un hombre se aleja corriendo. Cuando al día siguiente aparece en la casa el cadáver de una mujer, Amelia Butterworth no sólo será la única testigo ocular, sino que además querrá participar - por libre y con mucha decisión - en la resolución del caso.

Voy a decir desde ya que yo no soy aficionada a las novelas de misterio ni de detectives, aunque tengo que reconocer que la serie de Miss Marple (2004-2013) es una joya que tengo entre mis top ten. Sé que Agatha Christie se enfadaría por no leer sus novelas (bueno, leí muchas en la adolescencia) pero para ir paso a paso he empezado por la precursora de Miss Marple, porque Amelia Butterworth es la primera mujer "detective" en la literatura inglesa.

No sé si Anna K. Green sería una gran poetisa pero no tengo duda en que su imaginación como autora de misterio no tiene límites. La novela gusta desde el principio y reconozco que más de una vez pensé que la autora no podría solucionar el tremendo enredo de la historia de una forma más o menos decente. Pero esta historia complicada, cada vez más y más enredada, con más pruebas, con más personajes y con más emoción sí que tiene un final. La autora enreda y enreda, pero sabe desenredar la madeja de forma inteligente. Me quedé asombrada de lo bien que estructura la historia y de lo bien que va dando la información y cómo la presenta. Si te gustan las novelas de misterio y de detectives ésta es una novela muy muy recomendable. Y si no eres aficionada, como yo, también aun así te la recomiendo porque pasarás unos ratos bien entretenidos.

Y qué decir de Amelia Butterworth, que es todo un personaje!. Inteligente, intuitiva, perspicaz, con un corazón inmenso y que además sabe mucho de sombreros!

domingo, 4 de enero de 2015

Friedrich Nietzsche. Una Biografia - Miguel Morey



Cuando encontré esta biografía de Nietzsche creí que me iba a encontrar con una vida llena de gente interesante, de viajes, de "iluminaciones" filosóficas... pero lo que de verdad me encuentro es una vida triste como pocas. Detrás del autor de Así habló Zaratustra hay una vida llena de una soledad mortificadora, de la incomprensión y del alejamiento de su familia, de dolor físico (contrajo sífilis siendo estudiante), de contradicciones, de críticas constantes a su obra...

Aunque la mayoría de la obra de Nietzsche es filosófica, en realidad nunca estudió filosofía. Este hombre complejo terminó los estudios de filología clásica y consiguió a sus 24 o 25 años una cátedra para dar clase en la Universidad de Basilea. Se convirtió en el profesor más joven de la universidad ganando ya unos 3000 francos mensuales. Esos inicios de Nietzsche prometían una vida acomodada y muchas posibilidades de éxitos académicos. Sus clases estaban entre las más solicitadas y recibía constantes cartas de admiradores y seguidores. Pero llegó la publicación de El nacimiento de la tragedia - tenía entonces 28 años - y con ese título tan premonitorio la vida de Nietzsche sería como un auténtico melodrama. Un melodrama amenizado, eso sí, con música de Wagner, a quien Nietzsche dedicaría el libro y a quien admiró hasta niveles enfermizos (aunque llegaría un día en que se convertiría en su mayor detractor escribiendo "Nietzsche contra Wagner").

Con la publicación de El nacimiento de la tragedia Nietzsche recibió tantas críticas que sus clases, antes tan solicitadas, estaban prácticamente vacías y el autor fue sintiéndose cada vez más aislado, rechazado por sus amigos y compañeros, y también por filósofos y filólogos. Su salud empeoraba y también su situación económica (tuvo que dejar la cátedra en Basilea). Conservó dos o tres amigos fieles hasta el final de su vida, pero vivió prácticamente en soledad, sin un lugar fijo de residencia y casi en la pobreza.

Nietzsche, que daría a la filosofía obras tan famosas como "Así habló Zaratustra" terminaría volviéndose loco a los 45 años, y viviría los últimos diez años de su vida, primero en un manicomio en Alemania y después en la casa de su madre y en la de su hermana. Moriría en agosto de 1900, a los 56 años.

jueves, 1 de enero de 2015

El Imperio Romano Y Sus Pueblos Limitrofes - Millar Fergus



Quizá este sea un libro ya algo viejo. Publicado a finales de los años sesenta y traducido en 1973 ya cumplió sus buenos 50 años. A diferencia de los libros de creación, los libros académicos son más efímeros y quedan anticuados al paso rápido de los avances de las ciencias. Es un tópico decir en ciertos casos, que tal o cual tratado ha pasado a adquirir la categoría de clásico en su campo, por más que ahora ya se sepa mucho más de lo que podemos aprender leyéndolo. Yo podría recurrir a este cómodo lugar común para presentar este libro, si no fuera porque no sé lo suficiente de la historia romana como para saber si realmente se trata de una obra que tiene aún importancia o la tuvo al menos en su época. Lo leí porque me pareció interesante su tema, precisamente por mi ignorancia.

De Roma conocemos en general el esquema de su historia, desde las fuentes originales más o menos literarias, Tito Livio, Tácito, Suetonio, Salustio, César, hasta Gibbon, por supuesto. Pero todas estas obras no son historiografía científica y nuestro autor, en pleno siglo XX y bebiendo de las fuentes de la tradición académica que se inició en el XIX en Alemania y Francia, influida por Kant y más tarde por el positivismo, pretende contar las cosas como fueron realmente, objetivamente, como si esa perspectiva fuera algo accesible incluso para un contemporáneo, incluso para un contemporáneo que hubiera tenido acceso a todos los recursos que podemos consultar nosotros.

Lo que nos cuenta este libro es cuál fue la estructura y evolución organizativa que permitió a los romanos su expansión y consolidación, cómo esta potente máquina pudo afectar a las sociedades con las que tomó contacto y cómo al final -porque sí parece claro que fue el final de algo - en Occidente este armazón sociocultural no pudo aguantar el peso de los cambios demográficos, militares y políticos.

Tras recorrer los orígenes del estado romano y los inicios de su expansión bajo la República, el libro se centra en el desarrollo del régimen imperial y pasa a relatar, de zona en zona geográfica, los acontecimientos que marcaron su relación con Roma, su conquista o resistencia y los modos en que la incidencia del Imperio puede ser atestiguada.

Se basa esta obra en los autores de la época, testimonios cuidadosamente confrontados con los restos arqueológicos. En los casos, considerables, en que la investigación de su época no contaba con hallazgos pertinentes o en los que los propios autores clásicos no proporcionan datos aprovechables el autor lo hace notar. Nos hace así conscientes de los huecos de su relato.

La parte final, la dedica el autor a las zonas geográficas menos romanizadas, aquellas en que Roma encontró la semilla de su muerte. Después de repasar las glorias económicas y culturales del sur y el este norteafricano, del oriente medio y de Grecia, de las asimiladas Galias e Hispania, el autor nos lleva al norte y al noreste a las tierras que ahora habitan germanos y eslavos, donde hallamos un revoltijo de tribus en permanente refriega, que sin embargo podían ponerse de acuerdo para hacer frente a la máquina guerrera que había vencido imperios. Tras siglos de contención el movimiento pasó de escaramuza a invasión o migración y ahí es donde Roma dejó de ser lo que era.

No podemos terminar el libro sin la conciencia de que el autor no llega a explicar del todo el fin del Imperio Romano de Occidente, que por lo menos a mí me parece uno de los grandes enigmas de la Historia. No es una crítica porque el libro no pretende eso, sino simplemente la revelación de uno de mis motivos de interés en él. Puedo decir que me enseñó bastantes datos que desconocía, sobre algunas zonas más que sobre otras y que hallé su lectura amena. Contribuyó además a que siga interesada en la historia social y cultural de Roma y de los territorios romanizados y deseosa de leer más sobre el tema. En conclusión, creo que se trata de una obra que merece leerse.